Al enterarme, corrieron las preguntas unas detrás de otras. ¿Por qué ha elegido mi ciudad entre tan pocas a su paso por España? ¿Será tan arrogante y antipático como hace quince y veinte años? ¿Vestirá aún las cazadoras vaqueras dos tallas más pequeñas y con parches? ¿Advertiremos el desgaste de sus 50 años detrás del cabello sin domar? ¿Se recogerá en la desnudez de aquellas grabaciones en Carnegie Hall o vendrá con banda? ¿Se limitará a honrar solo los 25 años de Heartbreaker o pescará en Gold o más álbumes para hacer de la noche una fecha inolvidable? De Ryan Adams conviene quedarse con lo buen músico que fue durante ya un tiempo. Ojalá lo vuelva a ser en mi casa.
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