En la hora del fundido a negro hay legados que deslumbran con mayor luz. Eran/son buenas canciones; hoy que su voz se pierde en las tinieblas, todavía son mejores canciones. Sabemos que era de Kris, le cantaba a Bobby McGee. Aparecía en su primer álbum, en el 70, y unos meses después se la apropiaba Janis para grabarlo poco tiempo antes de languidecer hasta destruirse. Ella la hacía imbatible, imperecedera. Él, en la semilla, un tipo incorruptible entre cuatro forajidos, trazaba un tema que no tendría edad. Hasta siempre, Billy the Kid.
lunes, septiembre 30, 2024
LIVE IN 306: KRIS & BOBBY
En la hora del fundido a negro hay legados que deslumbran con mayor luz. Eran/son buenas canciones; hoy que su voz se pierde en las tinieblas, todavía son mejores canciones. Sabemos que era de Kris, le cantaba a Bobby McGee. Aparecía en su primer álbum, en el 70, y unos meses después se la apropiaba Janis para grabarlo poco tiempo antes de languidecer hasta destruirse. Ella la hacía imbatible, imperecedera. Él, en la semilla, un tipo incorruptible entre cuatro forajidos, trazaba un tema que no tendría edad. Hasta siempre, Billy the Kid.
sábado, septiembre 28, 2024
GREATEST HITS 348: WILD NIGHT x3
La primera versión que escuché de esta canción no fue la original, la que salió de la inspiración de Van Morrison cuando las cosas no le iban tan bien como parecía sugerir la cubierta de Tupelo Honey, el álbum de 1971 en la que se incluía. Fue Martha Reeves, ya salida del tejado Motown con las Vandellas, quien la usó tres años después para abrir su primer disco sola, un tema recuperado en 1991 dentro de la banda sonora de Thelma & Louise. Fue ahí donde me subí a los vagones por los que se aceleraba este tema, enganchado entonces a toda la selección musical de la película de Ridley Scott. Mi siguiente reencuentro con Wild night se produjo con uno de los discos más flojos de John Mellencamp, Dance naked, de 1994, aunque la canción, que reclutaba el bajo y la voz de Meshell Ndegeocello, conseguía destacar entre lo olvidable. Elijan... a mí me gustan las tres.
martes, septiembre 24, 2024
BONUS TRACK 295: THEM CHANGES (BUDDY MILES)
Este hombre estuvo en mi ciudad. Una noche hace muchos años tocó en uno de sus mejores templos musicales, una sala que celebra estos meses sus 25 años de existencia, la Mardi Gras de A Coruña. La sala se enorgullece de aquel día, de aquel concierto en el que el inmenso Buddy Miles que había tocado las baquetas para Hendrix se apañó como pudo para rodearse de cajas y platos en la batería del pequeño y sudoroso escenario de la Mardi. Por aquel entonces me hice con su disco Them Changes (1970), una de esas joyas que entre las sombras del olvido consigue emerger para reivindicarse eternamente como ejemplar conjunción de soul y rock, de blues y funk. Póker de estilos en perfecta expresión.
En ocasiones me sorprendo del escaso alcance que parecen tener los mejores discos que fueron creados hace tantas décadas. Cuando los escuchamos en el presente no advertimos bajo el prisma actual el peso que merecieron en el pasado como experimentos cuya pervivencia era una incógnita. Basta detenerse un rato y desentrañar su misterio interior para advertir esa grandeza casi invisible. Eso ocurre en Them Changes, donde Buddy Miles lo hace prácticamente todo y no resbala en nada.
domingo, septiembre 22, 2024
VOLVER
En otro momento habría reflexionado con la escritura como vehículo sobre esa noticia que convierte un reencuentro en un regreso y un regreso en acontecimiento. Pero estos dos, Noel y Liam, se van apagando en el retrovisor y mi volante ya no conduce en su dirección. De haber tenido ánimos me habría lanzado a aguardar por otras reconciliaciones y a desear que alguna de verdad fuese, sí, una gran noticia. Se me han adelantado oportunamente en la prensa. Merece hacer un buen repaso. Lean.
Y luego pregúntense y respondan: ¿Qué reencuentro es el que más me gustaría presenciar, estar ahí, ser testigo de la concordia? Elijan entre Led Zeppelin, Pink Floyd, Héroes del Silencio, The White Stripes, Mecano, Fleetwood Mac, Platero y Tú, Talking Heads, Extremoduro, The Smiths, The Police, The Kinks, Pata Negra, Black Sabbath, Los Suaves, Sex Pistols, Jane's Addiction, Dire Straits, Aerosmith.
jueves, septiembre 19, 2024
GREATEST HITS 347: HEART OF GOLD (NEIL YOUNG)
Pensaréis que esta canción debería haber aparecido hace tiempo en este blog. Es posible que lo hiciera hace más de una década en un post empapado de improvisación nocturna cuyo vídeo no permite ahora la reproducción. No importa. Cualquier momento es bueno para escuchar o recordar una canción perfecta. Suena en una emisora Heart of gold cuando el coche te lleva de un lado a otro en una tarde atareada y te dejas poseer por su calma equilibrada, por esa sencillez sin sobresaltos que fluye de los acordes limpios y de la voz gentil de Neil Young. En un tema Clásico, con mayúscula, el himno de un tiempo nostálgico, la válvula de la evasión y el suspiro del calor. Aquí vemos al autor encorvado sobre su acústica y con el rostro ensombrecido por su cabello largo, pero en la versión más electrificada del álbum Harvest James Taylor y Linda Rondstat firman unos coros mansos que elevan la canción al olimpo celestial.
sábado, septiembre 14, 2024
VOLUME ONE 673: LUCK AND STRANGE (DAVID GILMOUR)
Si el sonido de una guitarra fuese algún día considerado patrimonio de la humanidad, el responsable sería David Gilmour. He pensado esto alguna vez cuando entra en mí esa elegancia sensorial que nace de las cuerdas que Gilmour maneja, en cómo las aprieta o las estira, en cómo se clava ese sonido depurado de buena parte de sus canciones, dentro o fuera de Pink Floyd. Fuera, una vez más, se repite esa sensación placentera de éxtasis y liberación a lo largo del quinto disco de estudio del guitarrista británico, Luck and strange (Sony Music, 2024).
Inevitable. Inevitable pensar en el grupo unido, como en una esfera imaginaria, cuando se deslizan sinuosos algunos pasajes de este álbum. Gilmour compone un trabajo de firma familiar con las colaboraciones líricas e instrumentales de su mujer Polly y su hija Romany. Su magisterio se percibe en el ahogo de su voz cuando las canciones van creciendo y, cómo no, en la hechura limpia de sus guitarras resplandecientes (Luck and strange, Between two points, Scattered). Las lecciones de los mayores no tienen fecha ni previsión de caducidad.
Nota: 8/10
jueves, septiembre 12, 2024
LUME
Los que tenemos apego a esas cosas insignificantes de la vida (unas cuantas películas, algunos más libros, muchos discos) sentimos un escalofrío de dolor angustioso cuando se apaga el proyector que da luz a una sala oscura, al desconectarse para siempre el cable de una guitarra eléctrica o si cae para no volver a subir la verja de una librería. Lume cierra.
Tengo una relación especial con algunas librerías de mi ciudad, unas favoritas sobre otras pero todas templos de placer entre palabras y conversaciones. Empiezas por la recomendación de un libro o la semblanza a un autor, sigues por un debate literario y preguntas y respuestas que te llevan a distintos lugares y acabas hablando de tus hijos y de la vida misma.
Tú eres el cliente, ellos los libreros (las libreras en mi caso). Pasa el tiempo entre novelas y confianzas y tú la consideras más que una librera, ella te ve como alguien más que un cliente. Y un día te llama para decirte que la tienda cierra, que en unos días pone un letrero en la puerta para despedirse tras casi medio siglo vendiendo libros. Y no sabes qué decir mientras te recorre ese escalofrío de angustia.
Tengo muchos libros en casa. Una buena parte los he comprado en Lume o me los han regalado porque los han comprado allí, y yo también he buscado entre sus estanterías alguno adecuado para regalar. Puede que algunos conserven la etiqueta con el sello de la librería estampado en la primera página. Espero encontrar tiempo estos días para volver a Lume para comprar un último libro antes de que sea tarde, antes de que se acabe la tinta de las palabras con las que he crecido.
martes, septiembre 10, 2024
BONUS TRACK 294: IS THIS DESIRE? (PJ HARVEY)
Suele ignorarse este disco de PJ Harvey entre lo más meritorio de su producción. Sobre Is this desire? (1998) pesa la admiración que despertaban tres obras previas como Dry, Rid of me y To bring you my love, en las que la agresividad rugosa de Polly Jean saltaba de la crudeza a la sofisticación. La prensa la entronaba, los adeptos se juntaban procedentes de distintas tribus urbanas, PJ gustaba a parias y a eruditos, a público fácil y a audiencia difícil. Y entonces tardó más de tres años en tener listo un nuevo álbum, este trabajo que mucho tiempo después encontraría tuberías de conexión con los más complejos The Hope Six Demolition Project y I inside the old year dying.
Porque tras una densa etapa de encierro en su campo natal, Harvey acabó por fabricar uno de esos discos suyos donde lo siniestro embruja, en los que las guitarras, los sonidos y las programaciones toman caminos impredecibles, se retuercen o se encogen hasta resultar embriagadoras. Aquel oscuro álbum nada hacía pensar que PJ se entregaría dos años después al más accesible Stories from the city, stories from the sea (2000), cumbre arrebatadora de una mujer capaz de transformar la aparente fealdad en fascinante belleza.
lunes, septiembre 09, 2024
BOOTLEG SERIES 125: VAN MORRISON EN MARIN COUNTY
Esta historia la leí hace tiempo. Atacado por el miedo escénico, Van Morrison, ese león malhumorado que suma medio centenar de álbumes con casi 80 años, al ritmo frenético reciente de uno (o más de uno) por temporada, amagó con retirarse de la música allá por 1971. Frustrado con su vida familiar, con su banda, con sus discos, con su manera de encarar al público en vivo... el músico pasó la depresión con un retiro en su casa del norte de San Francisco, en el condado de Marin. Los pocos amigos que le aguantaban consiguieron a pequeños pasos que Morrison volviese a los escenarios, primero con un saxo, luego con una guitarra, al final volviendo a los directos y al estudio. En aquella época, encadenó algunos de sus mejores trabajos: Moondance, His Band and the Street Choir, Tupelo Honey y Saint Dominic's Preview.
Pues ahora me encuentro con este oportuno bootleg con un sonido muy decente que recoge a Van Morrison en directo en septiembre del 71 en Marin County. No hallo más datos sobre este disco. No me hacen falta. Me basta (me despierta, me cura) con regresar a aquella música de poco antes de nacer, al león rugiente que cabalga sobre temas propios y ajenos al trote de blues y rhythm & blues, a vibrantes canciones como Ballerina o Domino, a excitaciones como Wild night o Into the mystic. Cuesta creer que la pasión y la energía con que Van cantaba lo estaban debilitando en una de sus etapas musicales más brillantes. Queda este archivo para recrearse en la fuerza vivificante de la música.