Hoy toca algo nuevo entre tanta espesura. Una exploración, un descubrimiento en el otro extremo del mundo. Algo bonito, y suficiente. Riley Catherall no nos va a cambiar la vida, quizá lo olvidemos dentro de unos meses. Nadie va a tener más conocimiento de él que el que ahora se tiene, probablemente. Porque este joven que acaba de publicar su disco The light, the beautiful liar (2024) seguirá girando por su Australia natal, alguna vez tendrá una gira inglesa (como ahora) o recorrerá en algunas fechas la ruta de unas cuantas salas europeas. Pero mientras, uno se queda con este tierno álbum y sus acústicas delicadas; con dos o tres de sus hermosas canciones, como esta inicial Bark at the moon y su entramado de misterios. Uno más, uno cualquiera entre miles de cantautores sin nombre, envuelto en la sombra de la modestia, pero yo ya retengo el suyo.
Nota: 7,5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario