Aquella timidez prometedora que mostraba en sus primeros discos es hoy algo así como una sabia madurez. Ya no hay nada que demostrar, Eilen, te has ganado (venías haciéndolo) un puesto en las alturas.
Desde Sea of tears (2009), cada escalón ha sido la confirmación de una soltura creciente, anclada en álbumes cada vez más ricos. Te sentías fuerte, más valiente aunque te deshicieras en temblorosas baladas.
Llegas a este presente, a Get behind the wheel (Signature, 2013), y ya no buscas en las páginas de tus maestros, das lecciones en línea de retaguardia, flanqueada por corrientes de blues y country contagiosos.
Entre Alive que abre pantanosa y The bitter end que cierra intrigante, completas un álbum de deslizante atmósfera, quizá el mejor de tu carrera. Se te ve flaca, pero tú y tus músicos tocáis con más músculo.
Nunca nos has fallado, Eilen Jewell. Ahora te coronas.
Nota: 9/10
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