Hemos escrito (deseado, soñado) alguna vez sobre esa íntima vinculación que nos une a unos pocos músicos predilectos, a esos con los que imaginamos compartir una tarde de cervezas o una noche de larga conversación sobre nuestras canciones favoritas. Glen Hansard o Joe Henry estarían en esas categorías, en las dos, y a ellos podríamos sumar a Josh Ritter, alguien de quien también nos fiamos con cada nuevo capítulo de su obra, todos inmaculados, todos buenos compañeros para cualquier momento de necesidad musical reparadora. Porque Spectral lines (Pytheas Recordings, 2023) es cobijo y calor, de nuevo, en la producción del bueno de Ritter, otro de esos músicos a los que a ciegas entregas la confianza, con discos tan hermosos como este.
Sí, quizá sea el más "bonito" de sus diez álbumes de estudio (y eso que es difícil quedarse con solo uno), con su paleta variable de recursos sonoros, su atmósfera hechizante y calmosa, Ritter sosegado y delicado "sobre los talones del tiempo y viajando hacia adelante, mirando al horizonte y no a lo que ha quedado guardado detrás". Desde la inicial Sawgrass que nos invita a flotar sobre una nana celestial a la poderosa Someday, culmen magistral de un disco para abrazar, como haríamos con Glen, Joe o Josh.
Nota: 8,5/10
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