Kiedis, Flea y Smith acogen de nuevo a Frusciante en la familia. Esa es la gran noticia, más celebrada que el propio álbum del reencuentro de la formación más reconocible de los Red Hot Chili Peppers. Juntos los cuatro, por momentos, son una combinación imbatible y de su fábrica sale una mercancía excitante y enérgica, cercana y divertida. Una sensación de confianza, de esa familiaridad idiosincrática, recorre la escucha de Unlimited love (Warner, 2022), un retorno de los Peppers que encuentra en la vuelta de Frusciante, tras dos discos de ausencia, su mayor motivo de satisfacción.
Descubro vibraciones próximas en otros textos que equilibran los pros y contras del álbum, las subidas eufóricas con los bajones prescindibles. Digamos de entrada que, pese a la tendencia a alargarse en el número de canciones, rara vez un disco de los californianos peca de aburrido, contiene suficientes perlas de funk rock como para que el cuerpo se quede caliente y dando saltos aún un buen rato. Da la impresión con Unlimited love de que RHCP festejan verse juntos aunque no tengan nuevo material pletórico como para volver a hacer vibrar a su hinchada, celebran enredarse en el desarrollo atmosférico y travieso de sus temas y, en suma, darse abrazos los unos a los otros por lo buenos que son.
La versátil guitarra recuperada de John Frusciante sale triunfal de este disco y el nervio rítmico de Flea y Smith nos recuerda la alegría natural que tantas veces guarda nuestra anatomía. Unos veces misteriosos, otras psicodélicos, surferos, oscuros o nostálgicos, los Peppers, de nuevo con Rick Rubin en el despacho técnico, son nuestros Peppers. Aunque falte carne de himno, hay pellejos sabrosos: Black summer, Here ever after, It's only natural, White braids and pillow chair, One way traffic. Lo que sobra, mejor para otro día.
Nota: 7/10
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