El regreso, brillante regreso, de Ryan Adams trae una nota de advertencia. A comienzos de 2019 varias mujeres utilizaron la prensa para acusar al músico de abusos. Aquel año preveía publicar Wednesdays, álbum que finalmente guardó y retrasó hasta darlo a conocer en diciembre de 2020, aunque hasta dentro de unos pocos meses no estará disponible en formato físico. Tras el largo silencio de casi dos años, cabe preguntarse qué diferencia este Wednesdays (Pax Americana) al que no me decido a poner fecha del que prevía ser el lanzamiento original, cuánto de lo ocurrido empapa los surcos de este disco. Se intuyen vínculos, quizá certezas. La obra se funde en su contexto. Pero yo prefiero aislarla de su entorno y recibir las canciones de este álbum tal como vienen, una por una o todas juntas, porque de cualquier manera construyen un trabajo magnífico de Ryan Adams.
Cercano a 29 (2006) y Ashes & fire (2011) por la íntima sobriedad que traspira de su contenido, Wednesdays encierra a un autor apesadumbrado, que ama y pide perdón (o se disculpa y ama). Enseña un perfil reposado en forma de canciones tristes, compasivas, amargas, moldeadas con la enviadiable delicadeza de sus mejores composiciones, como parte de los que integraban sus dos espléndidos primeros álbumes. Yo encuentro un poco de Neil Young en la maravillosa I'm sorry and I love you, de los lamentos rotos de Dylan en Blood on the tracks en Wednesdays, del Adams de Gold en la única pieza que gana un poco de velocidad, Birmingham. Don Was interviene en la producción y al fondo, casi inadvertida, una voz que parece la de Emmylou Harris le da un aliento melancólico a un par de temas a este disco finalmente vivo.
Nota: 9/10
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