J. T. es Justin Townes. Era (es) el hijo de Steve Earle. En agosto pasado dejó de vivir a los 38 años; una mezcla peligrosa de sustancias desaconsejables, se supo tiempo después. Había tenido una infancia difícil y una juventud en el filo, y llevó consigo una herencia genética que le permitió grabar un puñado de discos, algunos más que estimables. Ahora su padre con su banda, The Dukes, ha grabado un disco que lo despide, que lo recuerda como epitafio con diez versiones de sus canciones y un último adiós salido de la pluma de Steve, otro forajido de la vida.
J. T. (New West, 2021) es además la mejor colección de temas (no importa propios o ajenos) que graba Steve Earle desde The low highway en 2013. En el homenaje a su hijo, el veterano cantautor descarta la despedida fúnebre y el discurso doliente de una música trascendente (como hizo Nick Cave con el intragable Ghosteen para honrar también a su vástago perdido) para cubrir sus versiones con esas sábanas arrugadas que salpican las gotas de blues, country y folk tan bien decoran las carreras de padre e hijo. Se advierte el dolor irreparable pero se celebra la música que permanece y nada estropea.
Nota: 7/10
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