Ay Eilen, cuánto me gustas. La última vez que nos vimos incluso te acordaste de mi nombre. Mi hermano te había hablado de mí la noche anterior, después de un concierto cuando le firmabas un disco, y te dijo que al día siguiente en otra ciudad yo te iría a ver. Y así fue: fue decirle "mi hermano ayer..." y me preguntaste "¿tú eres...". "El mismo", te respondí. Y dos años despúes, tienes nuevo disco (quizá me lo firmes algún día), y repito: ay Eilen, cuánto me gustas.
Gypsy (Signature Sounds, 2019) reúne todo lo que le encanta a Eilen Jewell: rock, blues, country y un poquito de todo ello bien combinado. Una docena de canciones nuevas que reafirman la facilidad con la que interpreta y la profundidad con la que escribe. ¿Saben?, hasta la Creedence revive en un par de temas, como en el inicial Crawl. Y luego Eilen se crece y se divierte en Hard times y en 59 cents y se emociona y se derrite en baladas divinas como Miles to go, Gypsy o Fear.Y le sale un álbum que, como no podía ser de otro modo, te encaaaaaanta.
Aquella noche en Ferrol cantaste Songbird para tu hija, una nana que a veces canta desde entonces mi mujer para nuestro hijo. El disco en el que sale ese tema está en su cuarto, lejos del resto. Hay quien llora al escucharla, todavía, con lágrimas que mojan de calma y bienestar.
Nota: 8,5/10
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