lunes, noviembre 28, 2016

DYLAN, SHEPARD Y LA POESÍA

“Resulta irreal pensar de cualquier sitio que es permanente una vez que el movimiento ha echado raíces como modo de vida”.

Este blog evita por ahora entrar en el debate que suscita la elección de Bob Dylan como premio Nobel de Literatura. Hablar sobre ello y compartir o enfrentar posturas merecería un escenario relajado y apropiado, acompañado de la música precisa a volumen apaciguador mientras anochece y lejos del ruido. Tan solo esto: si un poeta con sus obras impresas y el reconocimiento de sus lectores y otros autores recita sus versos ante una audiencia con el único instrumento de su voz y es capaz de conmover con su habla, su entonación y su interpretación, entonces un músico igualmente reconocido que hace lo mismo con sus propios versos, su voz y sus instrumentos, parece digno de ser apreciado con las distinciones mayores que entronan la Literatura.


“Su misma identidad es un misterio, fuerza que la pregunta 'quién es él' pase a 'qué es él'. ¿Qué es este entorno extraño, embrujado, que crea sobre el escenario, en los discos, en el cine, en todo lo que toca?”.
“¿Cómo se convierten las imágenes en palabras? ¿O cómo se convierten las palabras en imágenes? ¿Y cómo logran hacer que sientas cosas? Es un milagro”.
“Fue el propio Allen (Ginsberg) el que empezó en la prensa con ese tema de que Dylan fue el primero en llevar la poesía a la máquina de discos. Supongo que quería referirse al sentido de la poesía como ampliación a través de la conciencia a través de la canción o algo así”.
“No hay modo de alabar adecuadamente ni con precisión a Bob Dylan”.

Los entrecomillados en cursiva pertenecen al libro Rolling Thunder: con Bob Dylan en la carretera, escrito en 1975 por Sam Shepard y publicado en 1977. La última frase es de T-Bone Burnett en el prólogo del mismo libro.

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