Antes de conocerlo en Once, desnudo y honrado, caballero de su música callejera en Dublín… antes de ganarse a Marketa y ganar un Oscar, y de grabar dos discos bonitos y documentar su relación musical en una película que los seguía por la alfombra del éxito y la convivencia… antes incluso de tocar con aquella banda irlandesa, The Frames… Glen era el pelirrojo de melena rizada, flacucho y feote de la banda de The Commitments, la estupenda película de Alan Parker.
Queda lejos
aquello.
Glen Hansard es
un tipo entrañable, de apariencia tristona y silencio melancólico. Se marchó a
New York hace unos años para olvidar a Marketa. Hizo algunos amigos, tocó con ellos. Se
encontró. Grabó aquel fabuloso Rhythm and response y ahora va a estrenar Didn’t
he ramble. Poco espero de las novedades discográficas que vendrán a partir de
septiembre. Habrá que curiosear para hallar dignas respuestas (dinosaurios
retornados aparte, de los que en verdad poco espero). Pero confío en Glen.
Porque esto suena muy bien.