lunes, septiembre 26, 2011

CLOSING TIME

La ceniza se esparce por las mesas y el humo ciega la vista. Las barajas estás sucias, carcomidas por el vicio de las partidas sin fin. No queda hielo en las copas ni aguante en el cuerpo. Aún suena débil la música, una melodía de conquista, la banda sonora de un momento. Queda el eco de las conversaciones, de cómo nos conocimos. A la chica que se apoyó en la barra le sucedió otra, y otra, y una más, siempre hay mujeres apoyadas en la barra. Al final le sucederá un principio. Y tras la noche vendrá el día… no queda otra. Un poco de luz.

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