Frente a la mentira y el adorno, la autenticidad. La de Mark Lanegan. Se basta él solo, si acaso con el apoyo de un socio nada más colgando una guitarra acústica, para silenciar a mil personas en una gran sala de música, la Capitol de Santiago este 18 de mayo. Un personaje. Un tipo armario, de negro y callado, que canta a oscuras con una mano al micro y la otra al soporte en el que descansa, que arquea un hombro u otro como si tuviese hormigas en las tripas y masculla como intentando recordar la letra antes de abordar la canción. Y penetra en ella con la voz profunda e impecable. Entra y sale gastado del escenario, esconde un par de agradecimientos, aplaude al colega cuando lo presenta y se marcha pronto. Una hora y cuarto, lástima, yo aguantaba más, desde luego. Pero estuvo fantástico, ahondando en el Field songs o recordando a los Screaming trees, con On Jesus’ program o Resurrection song. Soberbio, un grande. Uno más al que ya puedo tachar. Bravo.
miércoles, mayo 19, 2010
LIVE IN 88: LANEGAN (18 de mayo)
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