Cada canción, cada disco, es tan distinto como sus oyentes, cierto, y Med Sud I Eyrum Vid Spilum Endalaust (XL, 2008), el quinto álbum de Sigur Rós, sólo se puede describir del modo en que se detalla y comparte una íntima experiencia personal. Los liberadores efectos, las tímidas voces islandesas y las ambientales capas sinfónicas que sonaban en Heima reaparecen en este nuevo disco, al que reaniman de su catarsis unos pocos cortes más accesibles con sutil parentesco incluso con Coldplay.
El tema que abre el disco, Gobbledigook (algo así como “galimatías”), ensalza el espíritu agreste del universo del grupo y se digiere, acompañado de estas puras y desnudas imágenes, como un pequeño himno de libertad.
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