viernes, octubre 31, 2025

LIVE IN 315: HOY HE VISTO A DARÍN


Hoy he visto a Ricardo Darín. No ha sido en la pantalla, no ha sido en la calle de incógnito o en un evento presentando un libro o una película. Ha sido a cuatro o cinco metros de distancia, desde la cuarta fila de un teatro en mi ciudad, en la tercera de las cuatro funciones diarias que el actor argentino representa junto a Andrea Pietra. La obra, Escenas de la vida conyugal. La inspiración en Ingmar Bergman y su Secretos de un matrimonio, la dirección a cargo de Norma Aleandro.

Hoy he visto a Darín, un actor monstruoso en un escenario. Tierno, cómico, dramático, gamberro, desesperado, irónico, patético, borracho, perdido, enamorado. Todo eso en apenas dos horas. En esas escenas de un matrimonio que se desnuda en su dependencia, su hartazgo, su humana imperfección. Una carcajada, un escalofrío. El arte mayúsculo de la interpretación, el placer de vivirlo tan cerca con un actor y una actriz colosales.

miércoles, octubre 29, 2025

VOLUME ONE 703: REAL WARMTH (JOAN SHELLEY)


Me ocupo estos días de este disco, no escucho nada nuevo más. Me tiene en estado de reposo, adormecido, abrigado, maravillado. Son sensaciones que surgen de las canciones frágiles de Joan Shelley en su octavo álbum, Real warmth (No Quarter, 2025): calor auténtico, música amable, precisa y preciosa en las fronteras del folk americano y británico. 

Me gusta todo lo que he escuchado de esta mujer, apartada ahora en una casa de Toronto con un grupo exquisito de músicos que convierten la finura de las cuerdas y las percusiones en postales de nostalgia. Sus canciones, que nacen y avanzan despacio, esquivan los estribillos y respiran con un detallismo en su arquitectura sonora que deslumbra, que hace flotar.

Nota: 9/10 

lunes, octubre 27, 2025

BONUS TRACK 317: THE TRINITY SESSIONS (COWBOY JUNKIES)


Quizá porque me ha llegado desde el Oriente lejano en una mochila cargada de discos a precios deliciosos y viciosos, hoy saboreo mejor que nunca el día aquel en que los Cowboy Junkies grabaron con solo un micrófono este álbum en la iglesia de la Sagrada Trinidad de Toronto, un 27 de noviembre de 1987. Fue el segundo álbum de los hermanos Timmins, sin que apenas el primero se hubiera conocido y escuchado, y con esa suavidad característica con que grabaron canciones propias y ajenas dejaron claro el territorio en el que se iban a asentar y el clima que lo iba a definir. De la revisitación del Blue Moon al lamento lloroso de Hank Williams (I'm so lonesome I could cry), de los arreglos hipnotizantes de Working on a building al sigiloso préstamo de Sweet Jane. La epifanía bluesera de Walking after midnight eleva The Trinity Sessions a la inmortalidad veinte, treinta, cuarenta años después de que se acomodase entre los muros de aquella iglesia.  

sábado, octubre 25, 2025

SOUNDTRACK 292: NEBRASKA Y BRUCE


"Busco lo auténtico entre tanto ruido".

El ruido es el éxtasis, la carga de la imagen, la saturación de halagos, la urgencia por vender y convencer. El Bruce público que disuelve al Bruce privado, que no se encuentra, no se reconoce. Lo auténtico es encontrarse, reconocerse, limpiarse en las canciones, latir con la música.

Conocemos muchos lo ocurrido. En resumen: Springsteen, ese rockero del pueblo, el tipo al que la calle reconoce, acaba exhausto la gira del doble álbum The River, conciertos de tres horas, un retiro, un colapso, el pasado que vuelve, el presente confuso, la depresión. Encerrado en una casa con una mesa de cuatro pistas escribe sus nuevas canciones, desnudas, sombrías, tristes, desafinadas o con grano. Así nace Nebraska (y otros temas que poco después entrarían en Born in the USA), sin singles, sin promoción, sin conciertos, sin el rostro del músico en la portada. El brillante paréntesis en una ruta que lo elevaría todavía más arriba. 


Springsteen. Deliver me from nowhere pone aquel tiempo en pantalla. La película recién estrenada condensa unos meses de tormenta y lágrimas, la angustia del artista, ese dolor por no reconocerse ni saber hacia dónde dirigirse. Es en ese laberinto de emociones y en la crisis de identidad de un ser idolatrado donde el director Scott Cooper más acierta y el film más crece: con la banda sonora de unas canciones que purifican y con la estupenda actuación de Jeremy Allen White.

Bruce y su música nos curan tantos años después. A quienes se enfrentan al papel en blanco para retratarse en las canciones y a quienes luego nos encontramos en ellas. 

miércoles, octubre 22, 2025

SOUNDTRACK 291: LA RESIDENCIA

El juego Cluedo, Agatha Christie, Sospechosos habituales y otras fuentes detectivescas se unen en La residencia, una prodigiosa serie estadounidense de misterio que en ocho episodios avanza a ritmo de vértigo aunque solo abarque una noche en la que se produce un asesinato, los interrogatorios de las horas siguientes y una toma de declaraciones posteriores. De atrás adelante y de adelante atrás en un montaje laberíntico pero nunca confuso, esa residencia que es la Casa Blanca se convierte en un escenario cómico y dramático donde el espectador se desliza entre sospechas, coartadas, historias delirantes y conflictos personales.

En una cena de Estado aparece muerto el jefe del personal de servicio de la residencia. La investigación de un caso tan inesperado recae en la excéntrica Cordelia Cupp, observadora de aves, perspicaz en sus preguntas, impredecible en sus deducciones, desesperante en sus métodos. Todos hablan, todos le cuentan, todos tienen motivos para haber matado a la víctima. Es la puesta en escena, ágil y juguetona, y el montaje zigzagueante lo que saca del montón a esta intriga imposible y la transforma en un festín. Con la gran Uzo Aduba (la inolvidable Crazy Eyes de Orange is the New Black) en una genial maestra de ceremonias.

domingo, octubre 19, 2025

¿QUIÉN SUCEDERÁ A MATT?


La noticia me llegó tarde, por voz de un baterista, quién si no, mientras a nuestra memoria volvían aquellos conciertos de Pearl Jam que vimos juntos hace tiempo. ¿Y ahora quién va a suceder a Matt Cameron?, me preguntó. ¡Cómo!

Lo anunció hace unos meses, la salida del grupo en el que ha estado más años, más de 25, las baquetas más duraderas de una banda que al principio tardó en asentarse como quinteto estable porque la pata que siempre se rompía era la del asiento del baterista. 

Dave Krusen, Dave Abbruzzese, Matt Chamberlain, Jack Irons, Matt Cameron. Por una u otra razón todos se han ido. En el otoño de sus vidas, de su carrera, alguien relevará a Matt Cameron, quizá para volver a los estadios e incitarnos a sentirnos mucho más jóvenes en 2026.

Mi amigo el baterista se preguntaba quién estaría junto a Eddie, Mike, Jeff y Stone en las próximas fotos. Me acordé de aquel lejano Dirty Frank, del dueño de la batería en el segundo álbum de Vedder y compañero de su gira. ¿Serías a la vez miembro de los Peppers y de Pearl Jam?

miércoles, octubre 15, 2025

VOLUME TWO 136: STONE THE CROWS


No recuerdo cómo di con este grupo, qué cadena de caminos me llevaron a Stone The Crows. Fueron uno de tantos asteriscos sin importancia que descansan en los márgenes de las páginas del rock, eclipsados por el brillo de quienes merecieron más atención y se bañaron en éxito, mucho más éxito. Y es extraño, tenían ingredientes para ser algo más que una anécdota y haber prolongado su breve vida, porque contaban con la promoción del manager de Led Zeppelin, Peter Grant, y en la voz se hacía notar una cantante de poderosas cuerdas vocales, Maggie Bell, a quien quisieron comparar (y no fue un disparate) con Janis Joplin.


Nacieron en Glasgow a finales de 1969, abducidos por los rayos más psicodélicos del blues rock, con acento clásico y sonido crujiente en su tarjeta de presentación. Cuatro discos llenan su curriculum hasta poco antes de 1973, cuando pusieron fin a su travesía tras cambios en la formación y el desgraciado adiós de su guitarrista, Les Harvey, electrocutado sobre el escenario en un concierto. Grant no fue factor de éxito, el público no los escuchó. No tenía sentido continuar. Teenage licks, de 1971, es el único disco que tengo y he escuchado de Stone the Crows, un muy buen testimonio del talento frustado lejos de los focos.

lunes, octubre 13, 2025

VOLUME ONE 702: HERE AND NOWHERE (THE AUTUMN DEFENSE)


Cuando Jeff Tweedy descansa de Wilco, en su música estás sintiendo el rastro que deja el eco de Wilco en sus canciones sin el resto de su banda. Tan adhesiva es su impronta al frente de un grupo mayúsculo que nunca se entenderá sin su voz, sus letras, su aura. El reciente tríptico Twilight override, extenso pero notable, vale de ejemplo. Si escuchas sin saberlo a John Stirratt y a Pat Sansone en su vida paralela al margen de Wilco, The Autumn Defense, nunca acertarías a encontrar a miembros de Wilco en tal formación. Pero ahí están, excelsos como son en un proyecto que se aparta formal y estéticamente de los parámetros del sexteto mágico de Chicago y que alcanza otra exquisita, y diferente, brillantez.

Here and nowhere (Yep Roc, 2025) junta la versatilidad de los dos multiinstrumentistas de Wilco (Stirratt desde el origen, Sansone desde 2004) para dar forma a su sexto capítulo, once años después de la anterior trama, cuando los descansos entre álbumes y giras con su jefe se lo han permitido. Acompañados por músicos de una especie menos visceral y más conservadora, este álbum se digiere con placentera relajación, con brisas del soft rock californiano de la década en que nacimos, detallista, limpio, de una ligereza pulcra y elegante, digno de sus padres, instrumentistas extraordinarios.

Nota: 8/10 

sábado, octubre 11, 2025

BONUS TRACK 316: MIRROR BALL (NEIL YOUNG & PEARL JAM)


Una boda con músicos magníficos entre los invitados, reencuentros emocionantes, siempre provechosos, un hilo musical irreprochable. Discos, artistas, canciones que entran y salen de las conversaciones. Heart of gold como anticipo del postre. El recuerdo de un concierto reciente de Neil Young, de un tema fulgurante rescatado de aquel álbum con Pearl Jam. Mirror ball (1995), sí, es una de esas joyas que guardaremos en el fondo de un cofre para reproducir cuando volvamos a vernos tan jóvenes y nos pueda la nostalgia.

Me gusta todo de este disco. Lo que más, ese enchufe directo de adrenalina, sin entonar, sin preparar, como improvisado, con un latido clásico que no cesa, el eco del hechicero, maestro y alumnos en el mismo ensayo a bordo de un tren sobre el océano. Fue un solo encuentro en el estudio, el viejo volvería a gritar rock en el mundo libre para cerrar conciertos de los chavales. Y a nosotros nos queda esa bola de espejos que protegemos en el baúl de los tesoros rockeros.

martes, octubre 07, 2025

BONUS TRACK 315: BOB MARLEY & THE WAILERS (RASTAMAN VIBRATION)


No necesito flotar en dimensiones paralelas ni absorber humos estimulantes para dejarme hechizar un rato por el clima y la evasión del reggae. No son numerosas estas desconexiones. No surco aguas para explorar el camino que han seguido los hidalgos del género. Pero me he tomado la molestia de aprenderme más o menos a Bob Marley y calibrar el peso de su figura. Y un poco la de alguno de sus contemporáneos. Me gusta el reggae, me relaja. Sin más.

Pero en esos momentos me permito el lujo de caminar lentamente por la música, seguir con la cabeza el ritmo de la percusión, cerrar los ojos y acompañar la cadencia de las guitarras, reposar el cuerpo en los pellizcos de otros instrumentos, sentir la emoción de los versos cantados. Consigo esto con la mayoría de los álbumes de Marley. Coged cualquiera y dedicarle una atención parecida. 

Como este octavo disco, Rastaman vibration (1976), del año en que su fama mundial casi lo mata en un intento de asesinato. Se marcharía a Londres para grabar el oportuno Exodus un año después. Era ya un dios terrenal, la voz de un pueblo, un artista molesto. Y hacía música de ensueño.

viernes, octubre 03, 2025

EL OCASO


En el largo camino las decepciones llegan en algún momento. Lo que sentías cerca se va alejando y perdiendo, hasta que se diluye y desaparece. La música nos une a quienes amamos, nos ata a quienes admiramos, aunque los cordones, tarde o temprano, se van aflojando... por tu culpa o por la suya: nos distanciamos, nos olvidamos, nos ignoramos. Queda el recuerdo de cuando nos gustábamos, una huella irreconocible cuando el desengaño se ha consumado.

Esta es la reseña de una decepción. Crecimos juntos desde el mismo año. Te conocí con tus primeros discos. A ti te gustaba lo mismo que a mí. Había conexión, tío. Sabías cantarlo bien, notaba que lo sentías. Algún día también tú serías un clásico, podría ser, uno de esos clásicos. Acertaste una vez, otra, otra. Te vi en un concierto, compartíamos pasión a distintos lados de la barrera que me separaba del escenario. Seguí tus pasos. Pero con el tiempo me fui quedando atrás, o no respirábamos al mismo ritmo.

Volví a otro concierto más tarde. Tus canciones nuevas no me decían nada; las de antes, que las recuperabas para excitar aún más al regimiento fiel que te gritaba desde abajo, aún me conmovían. Tú por un lado, yo por otro, distintos cansancios, recogidos cada uno en sintonías distantes. Otro disco, otra ausencia. Otro, otra nada. No te reconocía en tu música, no me reconocía yo en la música que en ti nacía.

He mantenido la esperanza después de los tropiezos. Ahora recuerdas tu año en el último de tus álbumes, mi año. Pero no. No hay guiño. No sé qué cantas, no distingo lo que cuentas, escenas, chispazos, flashes sin luz, sin alma. Siento que cantas mal, que no transmites nada, que encajas palabras de cualquier manera. Tu música me deja helado. Hubo una vez en que fue bonito. Salud.