La noticia podría habernos despertado cierta ilusión hace unos años, la esperanza de un reencuentro feliz. Hoy, al menos, no causa indiferencia. Porque se trata de U2, queramos o no, nos guste más o menos, y son palabras mayores para quienes crecimos en íntima sintonía al lado de Bono, Edge, Larry y Adam. Y lo que adelanta el grupo, una reinvención, un maquillaje, una actualización, un reseteo digital o llámese como se quiera, de 40 de sus canciones, no era algo esperado, y creo que verdaderamente puede ser la apuesta más adecuada.
¿Por qué? Pues porque desde hace mucho tiempo U2, además de haber perdido notoriedad, atención y relevancia, no ha tenido la capacidad de grabar un disco admirable ni, de paso, adaptarse al presente. Cuesta regresar al último gran álbum del grupo (¿All that you can leave behind, de hace 23 años?), porque la mediocridad que vino después hasta ahora no la salvan ni los dos o tres temas decentes y medianamente consistentes por entrega. Así que ahora los irlandeses universales han decidido repasar su carrera, extraer cuatro manojos de sus canciones más conocidas o especiales para ellos y las han vuelto a grabar, con añadidos y algunas modificaciones.
¿Admiten su incapacidad para extraer algo nuevo de sí mismos y disfrazan lo viejo de nuevo? No hemos querido escuchar aún los primeros adelantos, el 17 de marzo llegará el lote completo y dedicaremos tiempo y entrega a esa banda de hoy con la que ayer nos educamos. Inocencia, experiencia, rendición. Así han definido las canciones de sus tres últimos álbumes contando el de este año. ¿Se han rendido ya? Veremos. Pero esperamos con cierta gana, otra vez.
1 comentario:
.. mas bien poco me temo
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