Desde el ángulo del presente, Supergrass le sacan un par de cabezas de ventaja a todos aquellos grupos a los que el pop británico asignó una etiqueta con fecha de caducidad. Muchos de aquellos grupos sabían muy bien moverse más allá de aquellos contornos. Me siguen pareciendo los mejores de aquella tropa dispar y los seis álbumes hasta su disolución son prueba de la estabilidad de su música, con frecuencia dispuesta a la jovialidad. Iba ya Gaz Coombes, su vocalista y guitarrista, por el tercer disco cuando me enteré de su legado en solitario. El cuarto, World's strongest man, es mi preferido, y en él lucen canciones como este Wounded egos, con la que el tipo me sigue cayendo fenomenal.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario