Si llevas la música dentro, si te acompaña a todas partes, puede que en el ocaso, cuando recorras una casa vacía y te arrimes a sus paredes polvorientas agotado por los años y los recuerdos, veas ráfagas de tu infancia o ver toda tu vida pasar en un instante. Así lo siento yo al ver y escuchar a Tom Jones robándole la canción Tower of song a Leonard Cohen para incluirla en una de esas joyas que nos ha regalado en los últimos años, Spirit in the room. Su voz y su imagen aprietan mis emociones.
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