WHO (Polydor, 2019) no es un gran disco, pero sí un regreso digno. No mancha la historia, no estropea el presente. Daltrey y Townshend evitan el viaje trasnochado a la juventud, también el velo grave de la vejez. Su tronco es robusto, suena a hoy sin perder alientos de ayer. No disgustará, tampoco satisfará. Aplaudamos, eso sí, el eco que mantiene viva la vibración que todavía expulsa la música de The Who. Nuevas canciones trece años después del mediocre Endless wire, que juntaba de nuevo a los supervivientes tras 24 años sin verse en el estudio. Ahora (leo) ni siquiera han coincidido Roger y Pete en la misma habitación, los dos separados por la distancia y quién sabe si con roces o golpes por resolver. Veo a Townshend dando aire a los riffs que Daltrey engancha para elevar la intensidad. Algunas buenas canciones (Detour, Street song, Rockin' in rage) quedarán. Poco más.
Nota: 6/10
viernes, diciembre 20, 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario