Qué complejo es el amor. Qué misterio entenderlo, expresarlo. Decir o asumir un 'Te quiero' en el laberinto de nuestra mente, frente a la red de nuestras contradicciones. Alyssa y James se reencuentran dos años después tras su sangrienta separación. Esto no es el fin del puto mundo, aunque lo parezca. Y detrás de las venganzas, las huidas y el destino en un planeta incierto, entre lo absurdo y lo irreal, late de nuevo el amor.
Los fugitivos sobreviven en la segunda y última temporada de The end of the f***ing world y sus lucidos guionistas los enlazan con un rodeo argumental prodigioso a través de otro impagable personaje, Bonnie. Es imposible no querer a esta pareja: ella ausente y borde, insensible en apariencia; él débil y sentimental, encerrado en su timidez. De nuevo resisten entre lo que piensan y lo que dicen (oportuna siempre una voz en off que da en el clavo) y entre la banda sonora que se pincha en sus cabezas (qué acertado cada giro musical que los acompaña). "What?", repite Alyssa y se me pega cada vez que la veo delante. Serie para guardar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario