viernes, diciembre 21, 2018

SOUNDTRACK 222: WATERBOYS

Waterboys, la banda de Mike Scott, engrandece esta pequeña película, Waterboys (2016), del cineasta holandés Robert Jan Westdijk. La música de los Waterboys se abre para propagarse por los pliegues de la nostalgia. Siempre me han gustado, y mucho, los Waterboys.

Dos hombres con su vida sentimental hecha pedazos, padre e hijo, comparten viaje por mar y carretera desde Holanda hasta Escocia, adonde el primero acude a promocionar, en Edimburgo, la primera de una popular serie de 17 novelas policiacas con el mismo detective que es traducida al escocés (sic). El padre es juerguista y despreocupado, con bromas que ofenden más que divierten; el hijo, más sensible e inseguro, no deja de ser, en palabras de su padre, un calzonazos. El contraste de costumbres, el peso de la convivencia, los caprichos del amor, desfilan en matices y situaciones ligeras por este film, sin ansias de profundizar pero eficaces en su medida justa.


Waterboys podría ser una película fácilmente olvidable, pero las escenas en que los personajes asisten a un concierto del grupo escocés en un teatro la revistan de una fuerza memorable. En ese momento alguien echa la vista atrás y añora las emociones más importantes de su vida, en la que las canciones de los Waterboys fueron su banda sonora; y alguien mira hacia delante con el escalofrío evocador de la música, mientras el sol vuelve a salir.

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