martes, octubre 09, 2018

SOUNDTRACK 218: ETHAN HAWKE


De algún modo, Ethan y yo crecimos juntos en distintos lados de la pantalla y mis simpatías hacia él van más allá de sus virtudes interpretativas. El club de los poetas muertos me devolvió al cine, a la sala grande, cuando se estrenó en un teatro de mi ciudad, después de que me dejase acomodar por sobredosis de videoclub en el salón de casa. Yo tenía 16 años y Ethan 19, levantado en el pupitre para llorar al capitán (el malogrado Robin Williams) que los educaba libres de ataduras en aquella repugnante escuela privada. A aquel chico de aspecto frágil y sensible no lo perdí de vista, arrogante en El país del agua, sufridor en Grandes esperanzas, y lo acompañé mientras se enamoraba y maduraba en la trilogía de Richard Linklater junto a Julie Delpy a lo largo de las salidas y puestas del sol. Allá donde apareciese hacía que la película atrayese mi atención, aunque lo que viese no mereciese mucho la pena. En Boyhood llevaba una vida desordenada pero ayudaba a su hijo a poner en orden la suya mientras crecía. Y en Born to be blue se transformaba en Chet Baker.

Ethan también ha escrito novela y dirigido tres películas y un documental. El último de estos films, Blaze, de este año, se detiene en la errática y desordenada vida de un músico texano de country, Blaze Foley. Y Ethan Hawke tambien canta, no demasiado que se sepa, pero en una de sus recientes interpretaciones se suelta ante el micrófono (al menos en la banda sonora) como antiguo músico retirado al que recupera una mujer curiosa que investiga sobre un disco de culto grabado hace muchos años. ¿Os suena? Claro, es la historia que contaba Nick Hornby en su novela Juliet, naked, con el actor en el rol de ese autor envuelto en leyenda en la película del mismo título, también de este año y aún sin estrenar. Ahí estaré viéndote de nuevo, Ethan.

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