Estos chavalitos no son cabeza de cartel, nada tienen de monos y no aparecen ni en la línea delantera de las estanterías ni en la primera plana de las biblias musicales. Y no aburren, que es lo que cuenta. Tampoco se bastan ya con una portada en blanco y un título ramplón en letras negras para no necesitar más presentación. Este tema rompe muros, sí, caen las paredes, es intenso, vibrante, entrañable y hermoso. De estos chavales de Londres, Simon, Mark, Leon, Cathy, Justin y Amon, yo me fío.
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