Cambiar de opinión es legítimo cuando nos ponemos a escuchar música y hablamos de cómo nos produce emociones. Lo que un día no te convencía días después te fascinaba, el descrédito que una vez te enfadó más tarde se volvió crédito y satisfacción. Puede que primero no tuvieras tu día y luego te regocijases en un día fantástico. Pero a veces las barreras del rechazo no hay quien las derribe, no hay día extraordinario que las haga desaparecer. Y eso le pasa a este bloguero con The White Stripes.
Dedicar respeto nunca me faltará, otra cosa es ganárselo. Hoy que me ha dado por brindar una oportunidad de conciliación a un combinado minimalista que nunca me ha hecho gracia, mi atención se deja llevar por la aspereza de su música híbrida, y sigo sin reírme. Puede que De Stijl (2000) sea más llevadero y tolerable que lo que Meg y Jack White fabricaron y destrozaron antes y después, quizá no consigas caer del todo en el hastío cuando asoma un poco de aire tibio entre el óxido.
1 comentario:
Mi favorito es White Blood Cells que me parece su disco mas redondo. Desde ahi me cuestan. Jack solo me cuesta la vida entera.
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