Tomaré prestadas algunas ideas que comparto. Como que Dawes son una banda "que sigue sin darse demasiada importancia". Como que "hacen de la excelencia una circunstancia cotidiana". Sigue habiendo algo en los californianos que me deslumbra sin querer, como si llegara a mí el rayo de lucidez y me cogiera desprevenido. Unas veces ocurre con un cambio de ritmo, con un movimiento imprevisto en un tema compuesto por dos o tres partes, con un preciso, modesto y exquisito punteo de guitarra, con el ritmo viajero que sigue una canción. Todo esto ocurre en Misadventures of Doomscroller (Rounder, 2022), octavo episodio de una serie que alcanza otro pico de "excelencia": como en Passwords, como en North Hills, como en All your favourite bands.
En dos de esos lujosos álbumes tiene líneas de argumento Jonathan Wilson en calidad de productor, también en el último trabajo de Dawes, a quien presta como buen amigo la sabiduría de dejar hacer, de intervenir lo justo, de cohesionar a distancia pero siempre cerca. La estructura de esta obra que despita en la inmediatez y que hechiza en su maduración apuesta por siete cortes nada más, dos de ellos fragmentados, en un conjunto que al final se asume uniforme, de placeres ocultos en cuanto florecen (Comes in waves, Ghost in the machine). A esos entrecomillados añado otro de la misma fuente: "Country-rock pasado por el filtro de Wilco, si se quiere expresar de una manera gráfica". Lo admito en un 80%, sin que Dawes traicionen a su identidad.
Nota: 8/10
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