miércoles, marzo 25, 2015

SOUNDTRACK 167: MI VIDA ES MI VIDA


“Mi vida es mi vida”. Cuántas veces hemos dicho con estas palabras esta frase con autoritaria seguridad: déjame en paz, hago lo que quiero, a ti qué te importa, porque me da la gana, es cosa mía… Mi vida es mi vida es el título español del film Five easy pieces, dirigido por Bob Rafelson en 1970.

Ando en las páginas de Los fabulosos años del New Hollywood, de Ángel Comas, libro al que le había echado el ojo hace tiempo. Es un estudio certero por el cine americano que entre finales de los años sesenta y comienzos de los ochenta realizaron un variado grupo de cineastas (directores, guionistas, actores, técnicos) que se desmarcaron de las costumbres imperantes en Hollywood y apostaron por otras tendencias temáticas y estilísticas (algunos deconstruyeron géneros), por argumentos que nadie o casi nadie tocaba (sexo, drogas, prostitución, Vietnam, inadaptación, conflictos generacionales…), con los que retrataron las cambiantes vaivenes de la sociedad americana y pusieron los cimientos de futuras generaciones de personales autores. Ahí estaban Coppola, Scorsese, Hopper, Rafelson, Eastwood, Corman, Beatty, Nicholson, De Palma, Cassavettes, Bogdanovich, Schlesinger, Polanski, Peckinpah, Nichols… directores muchos de ellos que iniciaron sus carreras desde actitudes de independencia y más tarde se integraron (casi todos) en la industria sin perder sus libertades ni sus señas de identidad.
He rescatado estos días la película Mi vida es mi vida, quizá porque en 20 años que han pasado desde la primera vez la había olvidado. Tenía una imagen borrosa de ella, fría e intrascendente, y ahora se me desvela como un film desalentadoramente triste, brillante también. Jack Nicholson interpreta a un prodigioso pianista alejado de su familia y aburrido en un trabajo en una plataforma petrolífera, un tipo que ha malgastado su vida en mujeres estúpidas y en borracheras. Su novia es guapa pero tonta de remate; sus amigos son impresentables; sus parientes, patéticos. Hastiado, inconformista, desarraigado, solo y abocado a la incomprensión, Nicholson se rebela contra todo y huye (su vida es su vida), escapa de sí mismo en un film que Rafelson, conciso y sin efectismos, firma deprimente y desesperanzador.

lunes, marzo 23, 2015

VOLUME ONE 360: NOTHING BUT THE SILENCE (STRIKING MATCHES)


Al repasar los discos fechados en este año que ya han pasado bajo mi juicio encuentro a T Bone Burnett en los créditos de tres de ellos. El año pasado, si no se me escapa alguno, estuvo en otros tres, aunque escuchados a lo largo de los doce meses. Es lo que tiene prodigarse en colaboraciones y sobre todo producciones. Es lo que tiene, por mi parte, estar atento a la actividad permanente de un músico y productor astuto, exquisito muchas veces, no siempre sublime pero estimulante, como T Bone. Con Striking Matches ejerce de padre bautismal, pone al dúo en el trampolín y le da el empujón necesario para no tener miedo.

La pareja la forman Sarah Zimmermann y Justin Davis, ella de Philadelphia, él de Atlanta. Son jóvenes, se hacen amigos mientras estudian, tocan juntos, componen canciones, una de ellas suena en la serie Nashville (apropiado escaparate para elevar la antena) y a T Bone le gusta. Arregla el material que los chicos guardan, le saca aristas a las canciones y las remata sólidas. Suenan confiados, a rock americano sin vacilaciones, con un acorde folk y otro country, bien elaborado. Nothing but the silence (IRS, 2015) se titula el álbum, que está francamente bien (mejor, para este blogero, que las obras de Punch Brothers y Rhiannon Giddens en las que Burnett ha puesto hace poco su ilustre firma).

Nota: 7/10

jueves, marzo 19, 2015

GREATEST HITS 170: FATHER AND SON (YUSUF/CAT STEVENS)


Canciones que nos acompañan toda la vida, música en los genes, emociones hermosas.

Para todos los padres y los hijos. A los que son y a los que serán.

lunes, marzo 16, 2015

LIVE IN 171: BLUR, BORROSO


Me atraen ciertas reapariciones musicales, las que surgen después de largos paréntesis de desunión en los que los autores o componentes de un grupo se han abandonado a la inacción o se han embarcado en aventuras personales y proyectos arriesgados. ¿Qué motiva sobre todo la reunión? ¿Qué de nuevo puede decir la banda? ¿Sentían de verdad, más allá de horizontes comerciales, la necesidad de volver a grabar juntos? Me planteo estas preguntas. Con Blur aparecen algunas de ellas. El 27 de abril lanzan nuevo disco, The magic whip, el primero de estudio en 12 años. Lo anunciaron hace poco y tienen single y vídeo, Go out, tan feo el vídeo que evitaré colgarlo. ¿La canción? Bueno, podría estar mucho mejor. Los juegos de ruido, muchas veces, han desdibujado a esta banda.

Tengo cierta confianza en este regreso, de todas formas. Solo sea por el recuerdo aún grato de álbumes como Parklife y The great escape, más allá de guerras estilosas y mediáticas con bandas coetáneas. Después Blur se fatigaron, aburrieron, y Damon Albarn y sus cosas extravagantes nunca me han convencido.

(The Stone Roses, ¿para cuándo?)

sábado, marzo 14, 2015

VOLUME ONE 359: WINE DARK SEA (JOLIE HOLLAND)


Este es uno de esos discos que de inmediato despiertan parabienes impulsivos y alabanzas orgásmicas. Tiene elementos que suscitan esa excitación crítica: un clima extraño, una modorra sonora, un retorcimiento de géneros, la voz afectada y serpenteante de su autora, una controlada apariencia de caprichosa agitación… No tan deprisa. Es cierto que Jolie Holland no es una compositora al uso ni se confunde entre tantas de su raza inadaptable. Pinta un universo sensible y adormecido que sugiere inquietudes nocturnas y atmósferas traumáticas. El que toma forma en Wine dark sea (Anti-, 2014) adquiere tonalidades etílicas, aturdidas distorsiones y cicatrices sonoras. El álbum produce picor y te deja rascando un tiempo (Marc Ribot o T Bone Burnett bien pudieran estar detrás, pero no están). Persiste la sensación de que su extravagante atmósfera es un tanto artificiosa, pero Holland invita, solemne, a perderse en ella.

Nota: 6,5/10

lunes, marzo 09, 2015

¡¿POR QUÉ YO?!


“Lo que intento deciros es que mis canciones parecían dividir a la gente, incluso dentro de la comunidad musical.”

“Y no digamos del mundillo de la crítica. Los críticos me han puesto a caldo desde el primer día. Parece enteramente que me han aplicado un rasero especial. Cierto sector de críticos musicales alega que no canto, que croo, que sueno como una rana. ¿Por qué no dicen lo mismo sobre Tom Waits? Dice que mi voz está cascada, que no tengo voz. ¿Por qué no dicen lo mismo de Leonard Cohen? ¿Por qué me dan este tratamiento especial? Los críticos dicen que no puedo entonar una melodía y que por ello hablo a mi bola durante la canción. ¿De verdad? Nunca he oído decir eso de Lou Reed. ¿Por qué él queda indemne? ¿Qué he hecho yo para merecer este trato diferente? ¿Por qué yo, Señor?”

“(…) Que arrastro las palabras, que no tengo dicción. Deberíais preguntaros si estos críticos han escuchado alguna vez a Charley Patton o a Son House o a (Howling) Wolf. Si hablan de arrastrar palabras y ausencia de dicción, ¿por qué no dicen lo mismo de ellos?”


Bob Dylan en su discurso tras recibir el premio MusiCares 2015. 

Haciendo amigos, disparando verdades. Tú mandas.

domingo, marzo 08, 2015

VOLUME ONE 358: CHASING YESTERDAY (NOEL GALLAGHER’S HIGH FLYING BIRDS)


Me enchufo electrizado a este álbum. Me da un subidón y me deja en las nubes. Sus diez temas sin desperdicio (cinco más contiene una edición deluxe) me agarran de la pechera y zarandean. Esto es buena caña, buena descarga, me grita esta música. Sobre ruedas cabalgan Noel Gallagher y su banda, High Flying Birds. Canciones que dejan huella (Lock all the Doors, The right stuff), estribillos eficaces, atmósferas hechizantes, líneas de bajo poderosas, guitarras emocionantes. Está pletórico el hermano sabio. Tendré que repasar el primer disco, que me había dejado helado hace cuatro años. Desconozco si hay guiños jocosos al pasado en títulos (el del álbum, Chasing yesterday (Sour Mash, 2015), el de un temazo como While the song remains de same), pero sí acierto a recrearme en el talento permanente en el presente.

Nota: 8,5/10

viernes, marzo 06, 2015

LINER NOTES


Seguramente porque compramos menos música o la escuchamos de otro modo esté en desuso dedicar un poco de nuestro tiempo a la lectura de su historia viva a través de las notas de los discos. Sí, la música se cuenta y se escribe en enciclopedias, confesiones biográficas y reportajes y entrevistas. Pero una parte importante, y en gran medida íntima, de su riqueza y su encanto reside en lo que tiene menos acomodo en formatos como esos y que sus autores (o firmantes invitados) depositan con mayor dedicación en la letra impresa que complementa nuestros queridos artefactos musicales.

A mí también me quedan pendientes unos cuantos ‘liner notes’ que leer, cierto. Pero me he leído muchos, y me encanta creer que me acerco a comprender las personalidades de los músicos leyendo lo que ellos mismos, sus productores, sus amigos o algún periodista escriben en sus propios discos. Esas palabras recogen cómo surge un álbum y cómo crece, o cómo se conocen dos músicos o una banda, o el sentido y la intención de un proyecto, de las letras, el fondo, o el misterio que envuelve a un autor… Ah, a veces lo hago, sí, escuchar un disco o una caja de discos mientras leo aquello que los explica. Placeres de vivir la música.

martes, marzo 03, 2015

VOLUME ONE 357: ALLERGIC TO WATER (ANI DIFRANCO)


Me voy a poner un poco sentimental, que están sensibles los tiempos. Voy a apretar los lazos, atarme bien. Ya son muchos los años, Ani. No he faltado a tu música, a tu entusiasmo, a tus discos, de los que ya he perdido el hilo. Para mí eres una todoterreno, te pondría cualquier etiqueta porque todas te hacen justicia; ‘trash’ o ‘hard’ cobrarían sentido después o antes de ‘indie’ o ‘folk’ si alguien quisiera pegarte estas palabras, pero tú estas por encima de ellas. Me despista tu humor, me deslumbra tu energía. Eres un ejemplo de crecimiento, perseverancia artística, una lección de compromiso. Ahora me abres este Allergic to water (Righteous Babe, 2014), que me refresca y pacifica. Te noto apagada, algo ensimismada. Has compuesto hermosas canciones (Dithering, Woe be gone, Yeah yr right) que en conjunto me pesan un poco y por separado me fascinan. Pero eres única, constante, guerrera y auténtica. La música es tu vida. Y por eso me gustas.

Nota: 7/10

domingo, marzo 01, 2015

VOLUME ONE 356: COMPLICATED GAME (JAMES McMURTRY)


Se avecinan tiempos ajetreados y horas ocupadas en tareas nuevas y exigentes, así que hay que ser selectivo con los placeres y los vicios. Ante mí desfilan, como siempre, sugerencias musicales que merecerían tiempo, pero debo fiarme de la intuición al escoger y desechar. Lo he hecho con este disco, Complicated game (Complicated game, 2015), de James McMurtry. El único McMurtry que me resultaba familiar era Larry McMurtry, novelista autor de Hud y The last picture show. James es su hijo, tiene una decena de discos y este es el más reciente. Le gusta alargar los textos, recrearse en historias y ambientes de solitarios y perdedores, con ese marcado acento tejano y un aura profunda de melancolía. Es de esos autores que beben de Townes Van Zandt o Steve Earle, que componen en la liga de Tom Russell o Todd Thibaud y que si hubieran gozado de más difusión, presencia y atención subirían hasta la división de John Hiatt o JJ Cale.

Nota: 7,5/10