martes, julio 08, 2014

VOLUME TWO 67: ROBERT PLANT


Me refiero a Robert Plant, ese señor que todavía gasta melena rizada y ya pasa de los 65 años, ese tipo de rostro ajado y mirada de malas pulgas y con pantalones vaqueros que le sientan como un guante. El superviviente del presente, no el truhán del pasado.

Ocurre que cuando ahora llega hasta mí alguna vieja canción de Led Zeppelin desde cualquier parte que no sea la intimidad de casa (pues hace ya tiempo que no pincho aquellos tremendos discos), las canciones de Page, Plant, Bonham y Paul Jones se despojan de su aureola de esplendor y les cuesta perdurar en mi particular colección de clásicos rockeros. Pero si escucho al Robert Plant de ahora y a sus bandas más recientes, las de la última década, me tropiezo ante un exponente modélico de músico que ha sabido reconvertirse por los caminos paralelos de su naturaleza musical, apostando por los paisajes tradicionales del folclore americano unas veces y por una brumosa introspección sonora otras.
 
Desde Dreamland (2002) hasta Lullaby and… the ceaseless roar, que saldrá a la venta en septiembre, la obra de Plant combina claros y oscuros climáticos. Los trabajos previos desde comienzos de los ochenta eran más bien discretos. Ahora ya no: versiones irreconocibles, adaptaciones transformadas, piezas crepusculares al trote, agitaciones al galope… lo que sea. Dreamland me gusta más ahora que antes. Mighty rearranger (2005) sigue pareciéndome fascinante. El premiado Raising sand (2007) conserva su poder de evocación paisajística e invita a volar con los ojos cerrados. Band of joy (2010), ora cristalino ora turbulento, es más atragantado. Y el adelanto del próximo álbum tiene muy buena pinta. Plant aún retiene.

1 comentario:

J Aybar dijo...

Absolutamente de acuerdo. La voz llegue o llegue a las cotas del pasado, ha sabido reinventarse y buscar su espacio. No se puede decir lo mismo de los otros ....