viernes, julio 25, 2014

UN ROCKERO COMO NOSOTROS



Dos naranjas en zumo y una tostada con mermelada de fresa para desayunar. Se levantó temprano, debía ir al banco primero a revisar sus cuentas y a ordenar una transferencia y tenía cita a las diez en el médico para mirarse una verruga en el cogote que nota cada vez más grande y le molesta al peinarse. Pasó a recoger a su pareja y fueron a comprar productos de jardinería a una tienda del centro comercial, a las afueras. Se probaron ropa para el verano y escogieron unas pocas prendas. Leyeron los periódicos. Le distrajeron varias llamadas telefónicas. Respondió a un breve cuestionario que le envió una revista nacional. De vuelta a la ciudad fueron a buscar a su hija al colegio. Los tres pasearon por el parque con el perro. Por la tarde fue al estudio a revisar las tomas grabadas de la semana anterior. No le convence el material y debe hablar con el productor. Le fue a visitar su agente para hablarle de las fechas de una gira que iniciará a finales del próximo mes, cuando el disco esté ya en el mercado. Un tour por el país en carretera, ciudades pequeñas, locales pequeños. La banda, con la que ha grabado casi al completo, pero habrá que contratar a otro bajista porque el de esta grabación tiene comprometido su bajo con otros músicos hasta final de año. Se pasa por el negocio de camisetas serigrafiadas del que es dueño, revisará albaranes, hará pedidos. Regresa a casa con tiempo para darle las buenas noches a la niña. Cena con su pareja, ven la tele juntos un rato, se sientan a seguir completando un puzzle, les relaja. Una docena de páginas de una novela histórica antes de apagar la luz. Otro día.
Imaginemos un día en la vida de un rockero, uno de esos que tanto admiramos, de los que seguimos su carrera y nos conocemos sus grabaciones, giras, aventuras y travesuras, y vamos a sus conciertos cuando nos quedan a mano. No se llama Elvis ni Mick ni Keith ni Bruce, sino John, Tom, Sam, Chris, Bill o Nick. Un rockero como tantos otros, como tantos de nosotros.

2 comentarios:

J Aybar dijo...

Bueno, ni toco ni giro, pero puedo entender que eso debe estar cerca de lo normal sino te llamas Keith o Mick y has llegado a cierto punto de madurez en tu vida ....

rubén darío dijo...

Yo tampoco giro ni toco, en poco me parezco a quien describo. Solo he imaginado que me metía en el pellejo de un rockero cualquiera al que, como los Mick y Keith, no deberíamos mitificar tanto. En el fondo todos somos tipos como los demás... Saludos