Sin proponérmelo, en esta semana pasan por los auriculares las voces acompasadas de tres dúos, tres parejas musicales. Uniones impulsivas, experimentos compartidos, comunión de sangre. Una se escucha y se olvida, su disco no llega al aprobado (4/10); otra se entrelaza entre mimos, sugerentemente (7/10); y la otra, delicada y crepuscular, se merece un notable alto (8,5/10).
Un 4 para Teddy
Thompson, en decadencia a cada disco que graba, arrimado a Kelly Jones. Little
windows, casi media hora de country en pareja de sabor añejo, pretende ser
dulce y le faltan terrones de azúcar.
Un 7 para Jesca
Hoop y Sam Beam (Iron & Wine), cruzados en una atmósfera de ensueño y armonías,
picante y preciosista en Love letter for fire, con el refuerzo de músicos de
altura, entre ellos Glen Kotche (Wilco) en la percusión.
Un 8,5 para los
hermanos Matthew y Jill Barber, canadienses, de los que hasta ahora no sabía
nada. Él tiene tablas, poco más puedo decir. The family álbum es una
preciosidad vocal y sonora, de cielos abiertos, guitarras cálidas y violines
nostálgicos. Hay versiones y un tema es sobresaliente, maravilloso, The sweeter
the dawn.
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