domingo, mayo 31, 2020

VOLUME ONE 535: HEARTBREAKER PLEASE (TEDDY THOMPSON)

¿Quieres escuchar un disco de hoy que suene realmente bien, que te deje una sensación de bienestar y cierta paz? Se aceptan sugerencias, cada uno que aporte la suya. Yo ahora me decido por esta: Heartbreaker please (Chalky Sounds, 2020), el último álbum de Teddy Thompson. Media horita de pop sin fecha ni caducidad, sin rodeos ni ambiciones. Pureza natural que brota desde el corazón. Podría extenderme más, pero muchas veces creo que no es necesario, que la buena música pide brevedad y lo único que requiere es ser compartida con el silencio.

Nota: 7/10

miércoles, mayo 27, 2020

LIVE IN 246: APARECE BEN

Canta Ben Harper en su nueva canción que no le dejes desaparecer. Don't let me disappear. Aparece él en lo que podría ser el adelanto de un nuevo disco, algo que por ninguna parte veo aún confirmado. Anti- es el sello que abriga la canción y en los instrumentos están los Innocent Criminals respaldando a Ben, lo que me anima a pensar que un próximo álbum está cerca, y eso siempre es buena noticia. El caso es que me ha enganchado este tema y lo he escuchado con su vídeo tres veces seguidas. Tiene la elegancia ardiente que empapa gran parte de la obra del californiano y los actores, él y ella, que bailan y se retuercen en las imágenes de un modo inusual, transmiten la sensación de que escuchas la música en la dimensión del sueño, en una esfera de evasión.


domingo, mayo 24, 2020

SOUNDTRACK 250: TAN CERCA, TAN LEJOS

Hoy toca cine, una recomendación. Hablemos un poco de azar, de vidas solitarias y paralelas en ciudades grandes que te absorben y aislan, o te deprimen. París. Un joven y una joven. Solos, indecisos, con vidas que buscan con qué llenarse, o a alguien sin saber quién. Viven en el mismo barrio, en edificios contiguos, con sus ventanas una junto a la otra, pero no se conocen. Se cruzan por la calle o pasean por la misma acera, pero no se hablan, nunca se fijan en el otro. Él salta de un trabajo precario a otro y acude al psicólogo tras sufrir un ataque de ansiedad en el metro. Ella es una científica que prepara una importante exposición y también se tumba en el diván porque echa de menos al hombre que ha perdido. Cada uno en su vida, en sus rutinas, nos muestra cómo son, lo que tuvieron y lo que tienen. ¿Se encontrarán?

Cédric Klapisch mima con finura y modestia a sus personajes, Rémy y Mélanie, en Deux Moi (2019), título cuya traducción más fiel sería 'Dos yo', pero que en España se tradujo como Tan cerca, tan lejos y al que se le dio el título inglés de Someone somewhere, 'Alguien en algún lugar'. El argumento se prestaría, sin mucha imaginación, a convertirse en una comedia bobalicona, o en un facilón retrato generacional con cierta crítica social. Pero el enfoque que su director adopta descarta lo liviano y lo trillado para apostar por una humilde mirada hacia jóvenes urbanos sin esperanzas en sus horizontes. El cariño, un tanto frío, con que trata a sus frágiles personajes y las naturales interpretaciones de François Civil y Ana Girardot hacen de Deux Moi una película muy agradable.

jueves, mayo 21, 2020

VOLUME TWO 103: FAMILIA

Por esta y otras secciones del blog han pasado hermanos y hermanas, padres e hijos o hijas, matrimonios. La música estrecha lazos de familia (en ocasiones los detroza, también) y en general ofrece resultados satisfactorios, unas veces con prolongadas uniones, otras con ocasionales encuentros familiares de dos o más carreras desarrolladas por separado. La lista de dúos, tríos o bandas de personal más numeroso formada por hermanos es larga y variada (The Staples Singers, The Allman Brothers, The Black Crowes, Oasis, Los Secretos, Promise of the Real, Dawes, por poner unos ejemplos cogidos aquí y allá). Cantan padres y cantan hijos (Willie Nelson y su prole, Johnny Cash y su hija Rosanne, la estirpe de Hank Williams, Richard y Teddy Thompson, Loudon y Rufus Wainwright, Steve y su hermana Stacey o su hijo Justin Townes Earle, los malogrados Tim y Jeff Buckley). El matrimonio que canta unido no siempre permanece unido (Sonny & Cher, Delaney & Bonnie), pero a veces sí (Richard y Linda Thompson). Si me pongo a pensar, me salen mucho más...

Cada año descubro nuevos parentescos musicales, formaciones de más corta trayectoria y menos conocidas, que consiguen deleitarme con unas cuantas buenas canciones o discos verdaderamente elogiables. Han hecho parada también en este blog. Los matrimonios que forman Over the Rhine o The Mastersons, las hermanos Matthew Barber y Jill Barber, The Wolff Sisters, The Staves, The Secret Sisters. Dos ejemplos recientes, muy recomendables, bajo el arco luminoso de la música americana de raíces, y por ello motivo de este post músico-familiar, son The Watkins Family Hour (Sean y Sara Watkins, que acaban de publicar el agradable Brother Sister) y Chatham Rabbits (marido y mujer, Austin y Sara McCombie, con el estupendo álbum The yoke is easy, the burden is full).

miércoles, mayo 20, 2020

LIVE IN 245: NUESTRO PRÓXIMO CONCIERTO

Hace un mes, el pasado 21 de abril, debería haber estado en un teatro, en primera fila delante de uno de mis músicos preferidos. Aquel concierto no se celebró, ya sabemos todos por qué razón, y no me atrevo a soñar con que alguna vez vuelva a programarse y yo me ponga de nuevo en marcha hacia el teatro de la ciudad que aquel músico que tanto me gusta iba a visitar.

Desde antes de aquella fecha, ahora, y en los próximos meses, han sido muchos los conciertos cancelados, los espectáculos, actos y encuentros pospuestos o para siempre suspendidos. Me pregunto cuándo podré asistir a un concierto, a uno de esos espectáculos. Y me pregunto también cuándo y cómo un músico y un artista podrá sentir otra vez la fiebre de compartir su trabajo enfrente del público, a viva voz y en carne y hueso, cuándo ganarse la vida con el don de su creación.

Mi historial guarda unos cuantos conciertos, más que unos cuantos, y me siento afortunado por haber disfrutado en persona de la música de un gran número de mis artistas favoritos. Sí. Pero quiero más. Quiero más. Y espero, espero, por el bien y el placer de quienes están sobre un escenario, que no tarden en llegar. 

miércoles, mayo 13, 2020

BOOTLEG SERIES 85: LAS CARAS B DE CALEXICO

Me pierdo en la discografía de Calexico, uno de los grupos que más me gustan y mejor me caen. Sus álbumes como tal, de larga duración, suelen publicarse acompañados de singles que contienen versiones diferentes de un tema y descartes que no han tenido hueco en los discos. Pero es que entre estos discos largos graban también Eps con piezas inéditas que en ocaciones superan la media hora, así que no sé qué categoría merecen. Por eso me despisto al seguir el flujo de sus grabaciones, todas estimables, con cortes que bien podrían estar dentro del repertorio de esos discos largos.

Escuchando estos días alguna de esas caras B de Calexico me reafirmo en la admiración que siento por este banda de músicos extraordinarios: Joey Burns, John Convertino y su grupo de compañeros habituales, con nuestro Jairo Zavala entre ellos. Con percusiones moderadas, esbeltas guitarras y vientos sinuosos, quizá en una clave más de claroscuros y menos accesible que en los discos (llamémoslos) oficiales, crean unas atmósferas que trasladan al oyente a la aridez atractiva de sus estampas desérticas, siempre al borde de la frontera y bien conjuntada con ritmos, sonidos y esencias latinos. Las caras B de Calexico son tan fascinantes como sus caras A.

martes, mayo 12, 2020

VOLAR EN UNA CANCIÓN

Hoy hubo quien rió entre la incertidumbre con unos tragos de cerveza, quien respiró sin tanto ahogo al volver a ofrecer un servicio al público. El sol cayó para mostrar el lado esperanzador de las cosas y devolvernos las costumbres tal como las conocemos. Aún deseamos llegar a esos reencuentros plenos que dan sentido a lo que hacemos: volver a ver a tu equipo ganar o perder, poner los pies en otro país y sentirte extraño entre otras gentes, leer el periódico en el café de las mañanas antes de volver a la oficina... ¿Saben lo que deseo volver a hacer? Sentarme al volante y encender la música, y, con la ventanilla bajada o subida, rodeado de árboles y montañas, volar a bordo de una canción.

viernes, mayo 08, 2020

CIERRE (II)

Yo nunca estuve allí. De haber estado alguna vez, habría pasado todo el día en el lugar, removiendo y buceando entre discos para llevarme un cargamento. Se dijo que era la mejor tienda de discos del mundo, o la más grande, la más legendaria... puede ser, aunque quizá no la favorita, sin el encanto de la inmediatez y la cercanía. Solo viendo alguna imagen de su interior te ves empequeñecido en tu imaginación. Música sin fin, posters, memorabilia y actuaciones había allí. Ha estado casi veinte años en una esquina de Sunset Boulevard, y ahora sus dueños, sin clientes en estos días de alarma, dicen que preparan la mudanza unas calles más arriba, al bulevar de las estrellas de Hollywood, para abrir de nuevo en otoño... Me conformaría con una modesta tienda de barrio (bueno, esas ya van faltando o ya no quedan) para sentirme en mi propia Amoeba. No sabes cuántas ganas tengo de darme un paseo entre discos y comprarme unos cuantos para volver a creer en la normalidad.

miércoles, mayo 06, 2020

GREATEST HITS 242: COSMIC DANCER (NICK CAVE)

Esta sí me gusta, Nick, y mucho. Contra la corriente, le di la espalda a Nick Cave cuando con The Bad Seeds cavó aún más hondo en su luto permanente con el doloroso (en todos los sentidos) álbum Ghosteen, del año pasado, empapado en elogios que en absoluto comparto. Pero ahora encuentro a Nick Cave, grave aún en su tono de profundidad, algo más próximo a la luz en una de esas bonitas canciones que tienden a parecer mejores de lo que son algunas décadas después. Cosmic dancer versión Cave pertenecerá al álbum tributo a Marc Bolan y T. Rex con el que el productor Hal Willner se despidió del mundo hace muy poco. Cave me emociona, está vez sí, con la reinterpretación del tema, ahí cuando los climáticos arreglos de viento sobre los que reposa animan a dejarse mecer cual bailarín cósmico que Bolan una vez inventó.


lunes, mayo 04, 2020

CIERRE (I)

Ha cerrado una revista musical y durante un rato he intentado sentirme en la piel de quienes dieron forma e hicieron crecer a esa criatura durante 35 años. Contactos, entrevistas, planificaciones, publicidad, colaboraciones, estrategias comerciales, discusiones con discográficas, representantes, grupos o solistas, conciertos, promociones, la fidelidad de los clientes o sus renuncias... la ilusión, el hartazgo, la supervivencia... hasta que todo encuentra su final. Hasta que el papel ya no encuentra manos que prueben su peso y su gasto acaba hundiéndolo cada día un poco más. Y llega ese momento de apagar las luces de la redacción, de desear toda la suerte del mundo a los redactores y a quienes han colaborado tanto (o tan poco) tiempo. Yo nunca compré esa revista que acaba de cerrar y nadie volverá a abrir; leía algún reportaje o reseñas de discos en lugares donde la encontraba, generosa para ser abierta, para ofrecer alternativas, criterios, conocimiento y algo de pasión bienvenida. Y hoy, cuando nos sacuden ráfagas de pesimismo, creemos que esa revista (o ese periódico) no será la primera, que otras se refugiarán solo en la fría esfera de una edición digital o firmarán su sentencia de muerte.

sábado, mayo 02, 2020

VOLUME ONE 534: GOOD SOULS BETTER ANGELS (LUCINDA WILLIAMS)

Hay canciones en este disco que golpean en el estómago y hacer perder la fe en las buenas personas; otras canciones caen como una brisa que invita a dejarse llevar por la nostalgia de tiempos esperanzadores. Lucinda Williams siempre se ha movido entre extremos como estos, entre el enfado y la frustración y una añoranza triste, y su último álbum incide en ese escenario de equilibrios de un modo más claro y crudo, con música que cruje y quema y que también se disuelve en mareas tranquilas. Good souls better angels (Highway 20 Records, 2020) eleva a la siempre encumbrada Lucinda, quien a mi juicio ha corrido una larga carrera de subidas y bajadas. Ahora vuelve a subir, esa Lucinda Williams que ora se excita con disgustos y denuncias (You can't rule me, Bad news blues, Wakin' up) ora nada en los desconsuelos (Pray the devil back to hell, Good souls). Su nuevo disco, con temas de esos que duelen tanto en el estómago como incitan a uno a descargar la furia en barrigas ajenas (Bone of contention), es seco y doliente, y cimenta a su autora en la zona noble de las voces más honrosas del rock.

Nota: 8/10