A este disco le tengo gran
cariño. Las razones sentimentales son íntimas e indestructibles, no
se cuestionan.
Birds of Chicago (JT Nero y
Allison Russell) ha sido uno de los más gratos descubrimientos que
he tenido en los últimos años, eso para empezar. Real midnight
(Five Head Entertainment, 2016), su segundo trabajo de estudio, es
novedad desde febrero aunque se grabó el año pasado. Gran parte de
su coste se financió con la voluntad de los amigos y otras
aportaciones altruistas. Fue el último disco que salió de Garfield
House, en South Pasadena, el hogar en el que ha vivido Joe Henry en
más de una década y donde ha producido gran parte de su obra y
algunos de los mejores álbumes de músicos sobresalientes (Solomon
Burke, Bettye LaVette, Ramblin' Jack Elliot, Hugh Laurie, Mary
Gauthier, Rodney Crowell, Bonnie Raitt...). Quien pase a menudo por
este blog será conocedor de mi debilidad por Mr. Henry y no le
sorprenderá que confiese que me haya emocionado insospechadamente al
enterarme de que Joe deja Garfield House. Espero que allá donde siga
grabando su música no deje de producirme tanto placer.
Birds of Chicago, en cierto
modo, saltan de categoría con Real midnight, aunque a la larga su
trabajo se confunda entre tantos por la fugacidad del consumo y lo
que dura el saboreo de la música, incluso para quienes ponemos
empeño y parsimonia (cuando se puede) en ello. Los rigurosos
paladares mantendremos el bocado más tiempo en la boca. El disco
trota por el folk y el country con la tranquilidad de los
rastreadores de caminos. Las voces de Allison y JT mueven canciones
de bellas melodías, con exquisitos pianos y percusiones que
acarician. Falta quizá un par de piedras pesadas que destaquen, pero
no importa. Agradable de escuchar cuanto más se pincha, que es
cuando lo bueno parece mejor. O lo es.
Nota: 8/10
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