miércoles, marzo 31, 2021

EL PRECIO DE UN DISCO PEGADO EN UN CD


Os cuento una historia, trataré de resumir, que los blogs son para leer rápido.

Hace unos días abrió una tienda de discos en mi ciudad, La Galleta Music Shop. Oh, milagro, qué locura, vaya un regreso al pasado, ¡la supervivencia!. Cuentan sus dueños que tienen un fondo de 30.000 discos entre vinilos, cds y algunos casetes, de primera y segunda mano. Parte de la mercancía procede de lo que Alejandro y Javier vendían desde hace años online y otra buena parte, de lo que han adquirido a una veterana tienda que cerró hace dos años tras casi cuatro décadas abierta, un lugar en el que yo me crié musicalmente y que guardaba muchísima música tras bajar la verja. De colecciones particulares y emisoras de radio también han obtenido fondo musical.

He ido a mirar, a buscar, a comprar algo. Un cuarto de hora nada más, sabiendo que se pueden pasar unas cuantas horas allí nadando entre discos y hablando. Queen y Guns N Roses me recibieron. Busqué entre los cds solo, y me llevé cuatro, a buen precio todos, 7 euros el más caro. Dos tenían el precinto aún, y en una esquina, a la derecha en una pequeña pegatina blanca, el precio escrito que le habían puesto en aquella vieja tienda que hoy no existe. Reconocí las caligrafías: una la del dueño, que falleció hace dos veranos; la otra la de un amigo que durante muchos años fue trabajador en la tienda. Hice una foto a esa esquina del cd y se la mandé. La letra es mía, me dijo, probablemente de 2001. Es muy probable que esté en lo cierto, el disco es de aquel año y aún sigue precintado, intacto bajo el plástico. Y hoy, tanto tiempo después, lo rompo para dar aire a ese disco que en veinte años nadie quiso comprar.

martes, marzo 30, 2021

VAN... Y VAN

¿Usted por aquí otra vez? ¿Hasta cuándo? ¿No se cansa, de verdad? ¿No ha pensando nunca en retirarse? ¿Está seguro de que aún le interesa a alguien su música?

A mí sí, desde luego. No le pido que se jubile. Usted y yo nunca nos entenderíamos bien; no importa, ni me preocupa. Solo le pido su música, bien hecha, como siempre.

¿El último proyecto discográfico, de verdad? ¿Con más de un volumen? Latest Record Project Volume 1, así se titula el disco que publicará en mayo: 28 canciones nuevas de lo que usted sabe hacer tan bien. ¿Se guarda otras 28 para la segunda parte? De momento, le compro las primeras.

Only a song... Van Morrison.

viernes, marzo 26, 2021

VOLUME ONE 564: GOOD WOMAN (THE STAVES)


Crecen las sensaciones de confort con las hermanas Staveley-Taylor. Para su tercer álbum, donde confluyen pérdidas familiares, rupturas y alumbramientos, The Staves adornan su armonía celestial de voces con sutil refuerzo eléctrico, un aliño exquisito que conduce las canciones hacia instantes de poderosa fuerza expresiva conforme avanzan hacia sus notas finales (Good woman, Devotion, Failure, Nothing's gonna happen). Good woman (Atlantic, 2021) engancha por su delicadeza, por su calor cercano, por Camilla, Jessica y Emily, que cantan como si nos acariciasen aisladas (y aislados) del resto del mundo. Poco más que decir, toca escuchar, hora para el deleite.

Nota: 9/10

lunes, marzo 22, 2021

VOLUME ONE 563: TOPAZ (ISRAEL NASH)


No tardó mucho este hombre en ganarse mi confianza. Con Gripka como segundo apellido y sin él desde 2014, cuando su música adquirió una solidez reconocible y se acomodó en una esfera atmosférica en la que compartiría meditaciones con el mismo Neil Young, Israel Nash es alguien más que fiable. Con Topaz (Desert Folklore Music, 2021) alcanza la solvencia autoral de la que hace siete años hacía gala con Rain plans. Los dos álbumes comparten cima y transportan al oyente a paisajes de ecos arenosos y penetrantes. Cuentan que Israel Nash, nacido en Missouri, formado musicalmente en Nueva York y asentado en la Texas rural, se encerró unos cuantos meses en una cabaña convertida en estudio para expandir con sus canciones y sin compañía alguna lo que el aislamiento de estos tiempos ha causado en su conciencia. Su mensaje cruje en temas tan intensos como cristalinos (Down in the country, Sutherland Springs, Indiana), formidable materia prima rockera de un músico brillante.

Nota: 8,5/10

jueves, marzo 18, 2021

BONUS TRACK 236: SHAKE YOUR MONEY MAKER (THE BLACK CROWES)


Es difícil acabar un primer álbum de rock and roll tan redondo como Shake your money maker (1990). Hard to handle, Jealous again, Seeing things, Sister luck, She talks to angels, Stare it cold... buf, que pletórico repertorio. The Black Crowes fueron (o son, porque la música la disfrutamos en presente) una de las mejores bandas del planeta, pero también una de las más inflamables, destructivas, imposibles. Que dos hermanos egoístas y gilipollas en continua gresca lideraran el grupo lo convirtió en tóxico. Resistieron muchos años mientras se iban pudriendo, entregando casi siempre buenos discos (no a la altura de los dos primeros) a medida que se iban alejando unos de otros. Fue fácil echarse a perder obedeciendo los peores vicios que el rock and roll lega a la historia (excesos, drogas, lucha de egos, éxito mal administrado...). 

Su vida y muerte, auge y caída, la cuenta Steve Gorman, baterista y uno de los miembros fundadores, en el estupendo libro Difíciles de manejar, el relato de su larga convivencia en The Black Crowes. Son recuerdos que se antojan sinceros, son la constancia de lo traumático que podía ser trabajar y pasar gran parte del tiempo con Chris y Rich Robinson. Pero en aquellos primeros años, poco antes de empezar a hacerse insoportables, grabaron aquel fantástico Shake your money maker, donde además de la primera formación en la ejecución (los Robinson, Gorman, Johnny Colt, Jeff Cease), estaban Chuck Leavell en las teclas (tan stoniano suena a veces el álbum) y George Drakoulias, Brendan O'Brien y Rick Rubin en distintas tareas de producción en el sello American Recordings. Qué lujo permanente.

miércoles, marzo 17, 2021

BONUS TRACK 235: THE NAKED RIDE HOME (JACKSON BROWNE)

Los autores de canciones deberían tener en Jackson Browne una parada obligada, una asignatura clave en su historial académico. Sus cinco primeros álbumes, entre 1972 y 1977, son temario inexcusable, materia que hay que aprobar. El joven Browne, mimado en Los Angeles por cantantes y productores, admirado por prensa y audiencia, asombraba con textos maduros que llenaban canciones melancólicas sobre la soledad, el abandono, el aislamiento, el desamor. Me gustan mucho aquellos discos, quizá Late for the sky y The pretender un paso por delante de los demás. Pero al entrar en los años ochenta a Jackson se le fue olvidando y tampoco él hizo mucho por resaltar ni para bien ni para mal. Sus letras se diversificaron sin olvidar la desazón de siempre y ya no volvió a firmar discos memorables. Hay alguna excepción, esta es una, The naked ride home, de 2002. En el fondo, el autor no se aparta de los rasgos que definieron su identidad y continúa construyendo exquisitas canciones. Se le puede reprochar cierta falta de osadía, la que en realidad le ha impedido estar con el paso de los años en la primera división del pop rock americano, pero uno no puede negar la facilidad con que se deja entregar a temas brillante (The naked ride home, Walking town, Sergio Leone) de su mejor cosecha.

sábado, marzo 13, 2021

VOLUME ONE 562: THE MOON AND STARS... (VALERIE JUNE)


Valerie June
tiene una voz que no encaja con su físico. Poco importa este contraste cuando de lo que se trata es de probar y enjuiciar su música. Pero es esa voz infantil y arenosa en la que parecen deshacerse sus palabras lo que, en mi opinión, realza la fuerza emocional y la sutil arquitectura que definen sus canciones. Eso se aprecia en sus tres discos, y el que ahora acaba de publicar, The moon and stars: Prescriptions for dreamers (Concord, 2021), es tan notable como los anteriores. Notable alto.

June, a quien me cuesta imaginar sin esa laberíntica cabellera que domina su imagen, es una habilidosa cantautora a caballo entre Brooklyn y Memphis que se contorsiona entre el folk y la psicodelia, cubiertas ambas capas por cristalino barniz que deja una huella de reverberación en su música. En su tercer álbum, adornado con pocos pero precisos rizos electrónicos que embellecen el contenido lírico y espiritual de los textos, June conserva el ambiente etéreo que tenía The order of time y refuerza su seguridad como intérprete con unas cuantas formidables canciones (Stay, You and I, Stardust scattering y en especial Call me a fool, con Carla Thomas en segunda línea en los coros). Sana medicina para soñadores.

Nota: 8,5/10


jueves, marzo 11, 2021

BOOTLEG SERIES 95: MICHAEL AND THE MACHINES, DROGUERÍA ESPAÑA

Esta es una pequeña historia musical, de las que se guardan en el fondo del armario pero a las que se echa mano siempre que hace falta sentir abrigo. El flamenco tiene mucho que ver, y más la aventura, la necesidad de justificar con la música un cambio atrevido en la vida. A Miguel Padilla le encanta el flamenco y a comienzos de 2019 se vino para España con su familia para entrar en las raíces y misterios de esa música, para absorberla e intentar transmitirla. Dejó atrás California y aterrizó en Jerez de la Frontera, donde se cruzó en el camino de otros músicos allí asentados, residentes o de paso largo (José Manuel Peña y Luis Moro entre ellos), con los que poco a poco fue entralazando aprendizaje, pasiones, deseos y proyectos. Así tomó forma Michael and The Machines, una formación a la que le sienta como un guante la indefinición, el regate a lo convencional, a escenas, fechas y lugares.

Miguel había formado parte del grupo Dora Flood en San Francisco y quizá algo de la densa psicodelia que cultivaba flota en las aguas agitadas de su banda española. Porque, puestos a buscar orientación, se puede advertir un cruce de pop, rock y flamenco en su código de identidad, al menos en los cinco cortes de Droguería España, un Ep que Michael and The Machines acaban de dar a conocer. Las palmas y la guitarra flamenca que lo cierran con Cielo andaluz son un delicioso tributo a la música que lo ha cautivado en nuestro país. Antes se suceden un impulso de pop británico como Wake up to the future o la elegancia melódica de Ya no quiero saber. ¿A qué suena todo? No sé muy bien, pero si sacas el disco del armario te dará un poco de calor que sienta bien.

Miguel Padilla ha vuelto a California, pero me cuentan que ha comprado casa en Jerez para quizá pronto volver.


miércoles, marzo 10, 2021

BOOTLEG SERIES 94: DYLAN Y SUS ENSAYOS, 1970


La Dylanofilia digiere estas reliquias con el placer del devoto, aplaudiendo incluso lo que no merece tal elogio: el esbozo de una canción en unos pocos segundos, un breve ensayo, una versión que nunca vio la luz... Esto contiene 1970, la nueva propuesta del catálogo custodiado por Bob Dylan que cada cierto tiempo comparte con su comunidad de seguidores. El volumen, generoso con hasta más de 70 cortes, explora esta vez temas inéditos, versiones y borradores varios de lo que al final formó parte de los discos Self portrait y New morning en los albores de aquella década, con George Harrison de invitado fugaz en algunas piezas. Y eso, hay covers, ensayos y esbozos cubiertos de instrumentación básica que suenan muy bien, trazos finos de potenciales canciones gordas. Bueno, lo dice un dylanita sin ceguera que disfruta con todo esto.

lunes, marzo 08, 2021

GREATEST HITS 264: RIVER (JONI MITCHELL)

Por si todavía alguien piensa que la excelencia solo es obra de un género y en el otro nunca alcanza lo sublime. Esta canción derriba prejuicios y barreras. Su autora es una mujer, Joni Mitchell, una mujer universal. Hoy, y en cualquier momento, es la banda sonora que hay que tener presente cualquier día.

jueves, marzo 04, 2021

EN EL FOCO DE HENRY DILTZ


El rock and roll es tan sonoro como visual. Es música e imagen, no se concibe una sin la otra. Una imagen ensalza la música que representa y a los artistas que la interpretan. La imagen atrapa, seduce, nos empuja a meternos en la música que esconde. Y merecen resalte quienes están delante como detrás del foco. Algún fotógrafo ha pasado por este blog para que su obra sea recordada, hoy le toca el turno a Henry Diltz.

Crosby Stills & Nash, Joni Mitchell, The Doors, Neil Young, Eagles, Jerry Garcia, Jimi Hendrix, James Taylor... Estos músicos y bandas posaron y pasaron ante la cámara de Diltz, el retratista de una época sobre todo, el cronista visual del rock americano de finales de los sesenta y la primera mitad de los setenta, el foco de Laurel Canyon. Formaba parte de una banda, The Modern Folk Quartet, pero encontró en la fotografía una vocación tardía de la que ha vivido hasta hoy. Casi un millón de imágenes guardan sus archivos, unas cuantas recogidas en su página web, a la que da nombre un célebre álbum de los Doors.

Son de Diltz las fotos de las cubiertas de álbumes tan representativos y definitorios de una época como Crosby Stills & Nash, Morrison Hotel, Sweet Baby James o Desperado. Y también cientos de imágenes de aquellos músicos en sus casas, en los camerinos, en el escenario, al natural, capturados en una carcajada o un gesto tierno, ajenos a un fotógrafo que los inmortalizaba. Entreteneos un rato con el ojo público y privado de Henry Diltz.


 





lunes, marzo 01, 2021

GREATEST HITS 263: UN ALA (LUIS MORO) / ONE WING (WILCO)

 

Llevamos mucho tiempo apoyando a Luis Moro, haciéndole un marcaje especial a una carrera que siempre ha seguido una línea estable de coherencia y rigor, con etapas y detalles muy satisfactorios en un momento u otro. El músico coruñés ha llegado a un punto de madurez en el que se ha permitido riesgos de los que ha logrado salir victorioso y fortalecido, como su colección de versiones adaptadas al castellano que contiene su último álbum, Norteamericana aquí (2020). De entre los diez homenajes a músicos admirados yo me quedo por encima de todos con esta Un ala que traduce el tema original de Wilco One wing. En estos tiempos de privilegios tecnológicos en los que el uso de un teléfono es suficiente para grabar un sencillo y efectivo videoclip con planos fijos, Luis ha juntado discos que han marcado o definido su crecimiento musical, rostros de autores para él claves y unos cuantos objetos para acompañar con imágenes su versión de Wilco. El montaje guarda el noble gesto de señalar los discos de sus amigos y músicos de escena más cercanos, así como las viejas maquetas y proyectos que hace tiempo empezaron a llenar su historial. Creo que todos tenemos vídeos como este en nuestra imaginación. Este es el de Luis Moro.