jueves, abril 25, 2024

GREATEST HITS 338: OLD TOWN ROAD (LIL NAS X & BILLY RAY CYRUS)

Tiene gracia la cosa. Enterarme de esta simpática canción gracias a una equivocada pronunciación de mi hijo. "ol tain rol", me canta el estribillo. "Me gusta esta canción", dice y tararea. Y busco en youtube. "All time roll", traduzco a mi manera, por intuición. Y resulta que nada encaja, solo una similitud fonética, y el tema se titula Old town road. Así que me encuentro con este chico que escapa de mi conocimiento (yo tan alejado de redes y plataformas, de likes y tiktokers) y el vaquero Billy Ray que nunca estuvo en mi órbita. Y los dos minutos y medio de la canción se me meten en la cabeza para darme vueltas y dejarme con una sonrisa.


domingo, abril 21, 2024

VOLUME ONE 662: DARK MATTER (PEARL JAM)


¿Qué edad tenías cuando escuchaste Ten por primera vez?

Aquella fuerza que sentiste con 20 años no la vas a sentir ahora con otro de sus discos a los 50.

¡Cómo te vas a enfadar con estos tíos! Si hemos crecido con ellos, les podremos perdonar lo que sea.

No son jóvenes, tampoco viejos, no suenan como si quisieran parecer jóvenes ni como viejos desfasados.

Dejamos que la admiración por Pearl Jam condujese la conversación, sin caer en pasiones ciegas, con el discurso sensato de quienes una o más veces hemos censurado a nuestros intocables cuando nos han decepcionado; a Pearl Jam mismo con un ligero desliz o un álbum impropio, nada escandaloso, solo aquello que no estaba a la altura esperada, deseada, o que denotaba cierto cansancio. Ahora tenemos Dark matter (Monkeywrench, 2024) en nuestras manos, dejamos que pase algunas veces por nuestros oídos, queremos detalles, comparamos, nos dejamos llevar o nos detenemos a analizar... A pocos más les dedicamos tanto tiempo, pero Eddie, Jeff, Stone, Mike y Matt han llenado nuestro tiempo de forma extraordinaria y queremos que sigan haciéndolo.

Así que... nos quedamos con que Pearl Jam son fieles a Pearl Jam; con que no hace falta que vuelvan a los noventa, ni a los dos mil, su música vale para cualquier década, para cualquier momento; con que ya no romperán esquemas a veinteañeros pero seguirán agitando y electrificando a los que más nos excitamos con ellos cuando teníamos veinte años. Y Dark matter, con sus peros (la falta de naturalidad con la que avanzan un par de canciones que pretenden llegar al éxtasis, el sonido algo plástico, comprimido, en que se encierran otro par de temas), consigue hacer otro nudo que refuerza la adhesión a la causa. Un póker de lujo para empezar (Wreckage revive a Tom Petty y sus Heartbreakers de manera gloriosa, Dark matter sienta como un latigazo para explotar en directo) y un cierre con el que festejar esa fidelidad, la de ellos y la nuestra.

Nota: 7,5/10

jueves, abril 18, 2024

VOLUME ONE 661: SHADOW (LIZZ WRIGHT)


Hoy, que los discos llaman a ser sentidos en la intimidad, con reposo y desconexión, lejos de las prisas, Lizz Wright es un válido argumento para esa hora de soledad con la música, ajeno a todo lo demás. Shadow (Lightyear, 2024) es su séptimo álbum, para el que ha dejado pasar más tiempo entre un trabajo y otro, siete años. Con solo 22 años, Lizz dejó claro su gusto por la exquisitez, por envolver canciones en la suavidad y a la vez misterio de su voz, tierna y al mismo tiempo profunda, cubiertas por la precisión magistral de sus instrumentistas. Dos décadas después, esa pureza sedosa de su música hilvanada con viento de jazz, blues, folk y soul, se mantiene intacta, coordinada por la docencia de también exquisitos productores (Brian Blade, Craig Street, Joe Henry, ahora Chris Bruce). En Shadow, tienes ganas de habitar en los temas que canta Lizz Wright, abrazarte a una manta junto a ella y sus viajeras invitadas (Anjelique Kidjo en Sparrow, Meshell Ndegeocello en Your love), flotar un rato (This way, Circling, I made a lover's prayer). Lejos de todo.

Nota: 8/10

lunes, abril 15, 2024

GREATEST HITS 337: AM I FORGIVEN (RUMER)

Escuchas esta canción antes de alcanzar la media mañana, sin que ninguna voz cercana se interponga en su manera de fluir en la cafetería en la que suena, y te preguntas en qué década estás, en que película, en qué mundo irreal. La respuesta rápida del móvil te lleva a Rumer, a quien una vez, ya ni recuerdas cuándo, le dedicaste el tiempo que duraba su primer disco, Seasons of my soul (2010). Allí estaba este tema, saludándote desde el primer segundo, llevándote a una comedia romántica de los años sesenta vista en televisión, envuelto en una manta en el sofá. Con qué facilidad canta esta chica, esta británica nacida en Pakistán a quien no volviste a prestar atención. Como dicen es cierto, bien podrías cerrar los ojos y acordarte de Dusty Springfield, de Carole King, de Karen Carpenter. Am I forgiven presentaba a Rumer, suave y esponjosa, un caramelo inadvertido.

miércoles, abril 10, 2024

VOLUME ONE 660: OHIO PLAYERS (THE BLACK KEYS)


Sin previo aviso, creí que el nuevo álbum de los Black Keys, por su título, rendía tributo a los Ohio Players, del mismo modo que aquel pantanoso Delta Kream se adentraba en tesoros del profundo blues para rescatar nombres y canciones con el filtro grasiento y contagioso de la sociedad Auerbach-Carney. Pues no, este Ohio players (Nonesuch, 2024) son el dúo de Ohio de nuevo en sintonía tras su reencuentro de hace cinco años para perpetrar otra fechoría musical con las que tan despiadadamente crean adicción.

¿Y qué hay de nuevo? Más de lo mismo, puedes pensar, aunque adviertas matices, sonidos, géneros que entran con descaro o asoman con sigilo, aportaciones invitadas (Beck en medio disco, Noel Gallagher), canciones que se te quedan pegadas y tardas en quitártelas de encima (Beautiful people (stay high), Paper crown, la irresistible versión de I forgot to be your lover). Dan y Patrick en su salsa, un batido refrescante de blues, soul, pop, rap y jugoso rock and roll. Garantía de Black Keys.

Nota: 8/10

domingo, abril 07, 2024

VOLUME ONE 659: ALL NOW (THE STAVES)


All now
, el tema inicial de All now, deja entrar poco a poco cada instrumento, con sutiles salpicaduras que aumentan su intensidad hasta alcanzar una fase de euforia contagiosa, ese "happy new year" que da ganas de gritarlo frente al mar al borde de un acantilado. Las voces de Jessica y Camilla Staveley-Taylor atraen cada nuevo sonido para que se acoplen todos juntos de forma acompasada, transmitiendo la sensación de llegar a un momento pletórico. Algo parecido ocurre con el tema final, You held it all, pero resulta más natural, más íntimamente familiar en All now, una de las mejores canciones que regalará este año.

Emily se nos ha apartado a un lado para All now (Nonesuch, 2024), pero sus hermanas siguen sonando como un trío de cuya música quisieras empaparte. Esta vez, para su quinto álbum, The Staves se instalan en un confortable ámbito pop de ráfagas electrónicas que, sin embargo, no parece distanciarse mucho de las brisas folk de sus primeros trabajos. Hay algún coletazo más crispado, un par de gemas nostálgicas y delicias balsámicas elaboradas con el armonía de la complicidad familiar.

Nota: 8/10


viernes, abril 05, 2024

KC 30


¿Dónde estabas, qué hacías cuando... (el equipo de tu ciudad ganó la Liga, o se le escurrió entre los dedos el billete a la final de la Champions)... cuando Kurt Cobain se salió de este mundo? Nunca me he parado a pensar en ello, aunque sé dónde estaba y qué hacía, hoy que lo pienso. El calendario (y un buen artículo de un periódico) nos recuerda que el hombre se voló la cabeza hace 30 años, se consumió antes de desvanecerse; dejó un cadáver devorado para el club de las leyendas del rock, un recuerdo que décadas después no puedes eliminar de una patada, una huella (él y la música que nació de su banda) que hoy subyace (apagada pero aún viva) como inspiración, como arrebato, como salvación.

Era entonces universitario, a mano para estar informado solo tenía periódicos al llegar cada mañana a la facultad y las noticias en la radio o en la televisión de la residencia de estudiantes. Allí vimos las imágenes, seguimos las crónicas, escuchamos las reacciones, compartimos el luto de quienes adoraban el mensaje de aquel chico desastrado, infeliz. La vida sigue.

No ha vuelto a haber otra banda como Nirvana, ni la habrá capaz de transmitir un estado de ánimo a una amplia audiencia. Como Kurt Cobain sí habrá más, los hubo antes y le sucedieron después, muy pocos con tal poder de pervivencia, de presencia espiritual. Cada cual arrastra su angustia a su manera, su frustración, el nihilismo, la drogadicción, los caminos sin salida, la perdición... hasta anticipar la muerte.

miércoles, abril 03, 2024

BOOTLEG SERIES 123: DAWN Y LA MUJER LIBRE


Desenterrar tesoros antiguos o encontrar joyas perdidas produce un excitante placer, el que persigue el curioso aventurero, el tenaz arqueólogo, a veces el escéptico pasajero a la espera de impredecibles descubrimientos. Uno puede ser este curioso tributo musical al que da forma Dawn Landes desde el homenaje a la lucha y la protesta de las mujeres a lo largo de las décadas y a través de las canciones. Hablamos de lamentos e himnos folk recogidos en un libro publicado hace más de medio siglo, The Liberated Woman's Songbook, del que Landes extrae una selección de piezas (11 de 77) para titular de la misma manera un precioso disco que dignifica la dignidad de esa lucha y el derecho a la libertad. Las canciones se fechan entre 1830 y 1970, y reviven cronológicamente arregladas de manera pura e íntima. Es poco más de media hora revitalizante y hermosa, una experiencia también, liberadora.

domingo, marzo 31, 2024

GREATEST HITS 336: JOLENE (DOLLY PARTON / BEYONCÉ)

La gran Dolly lo cuenta a todo trapo en la introducción de esta actuación: cómo surgió Jolene, una de esas canciones imborrables que nadie debe interpretar si no asegura estar al nivel del original. Qué dolor saber que existe alguien tan hermoso, tan hermosa, que te puede arrebatar lo que más amas. Dolly Parton clavaba esta canción siempre. Y Beyoncé, bueno, a su manera y con la libertad del poderío y la chulería que la acompañan, se inventa una más que digna versión. Lo hace en ese álbum NO country que acaba de sacarse de la manga, diverso y disperso, cautivador y agotador, largo e irregular, salpicado de algunas notables canciones como Jolene.

martes, marzo 26, 2024

VOLUME ONE 658: TIGERS BLOOD (WAXAHATCHEE)


"Uno de esos discos en los que todo suena tan bien..." Esta frase se ha dicho en alguna de mis conversaciones musicales de provecho, generalmente para ensalzar el buen oficio de la artesanía, aunque a veces la misma frase deja abierta una duda, un recelo hacia esa perfección técnica elogiada. Advierto estos matices al escuchar, y disfrutar, el último álbum de Waxahatchee. Yo no diría eso de que "suena todo tan bien...", que es cierto, me quedo con que suena simplemente bien.

Esta mujer, Katie Crutchfield (o su banda, que lleva el nombre del lugar en que se crió), se me atragantó en nuestros primeros encuentros. A partir de su disco anterior, Saint Cloud (2020), su música dio claridad a mi acercamiento, más estrecho en su proyecto Plains junto a Jess Williamson, y ahora más desahogado y acogedor en Tigers blood (Anti-, 2023), ejemplo de esas obras evolutivas que pueden provocar el rechazo en quienes alababan las piruetas iniciales y confirmar el aprecio de los que aplaudimos más (en general) la las líneas rectas o las curvas moderadas.

Katie canta como alguien de fiar, su banda es una capa protectora que da abrigo a piezas que alternan el arrojo con la templanza bajo la norma del medio tiempo equilibrado. 3 sisters, Bored, Right back to it o 365 reclaman más escuchas para celebrar su inmediatez. Waxahatchee es ahora más accesible, suena realmente bien.

Nota: 7,5/10 


domingo, marzo 24, 2024

BONUS TRACK 286: LIVING WITH THE LAW (CHRIS WHITLEY)


Apuntes.

Encuentro este disco al escandaloso precio de 2,5 euros, en el apartado de ofertas especiales (1x5 euros, 5x10) de una tienda que cada cierto tiempo renueva las existencias de segunda mano o sobrantes sin desprecintar de las que se nutre. A veces hay algún particular que se desprende de valiosas colecciones que ya no quiere poseer, donde es fácil encontrarse joyas inhabituales de ver al alcance de la mano. Pues este Living with the law aparece camuflado entre baratijas prescindibles en una edición con créditos de distribución en castellano.

Chris Whitley. Fue Kick the stones el primer tema que escuché de él, cuando Brad Pitt y Geena Davis comenzaban a destrozar el mobiliario de una habitación de motel embriagados de lascivia en aquella escena caliente de Thelma & Louise. Creo que aparecía en la cara A de la banda sonora, y años más tarde, cuando a Chris ya lo había matado un cáncer de pulmón, sus discos llenaban un generoso espacio en mi cajón de la letra C.

Living with the law (1991), el primero de sus álbumes, puso a Chris en el mapa de los músicos barnizados para el culto: raíces de blues regadas con folk y rock con el regusto metálico de una guitarra National. Reseñas de alto voltaje para un desconocido de las audiencias. Daniel Lanois se le presentó como padrino, se lo llevó a Nueva Orleans y lo puso en manos de Malcolm Burn para pulir un primer capítulo intrigante, seductor, como el propio Chris Whitley... uno, sí, de esos grandes olvidados.

martes, marzo 19, 2024

VOLUME ONE 657: HAPPINESS BASTARDS (THE BLACK CROWES)


¿Qué te puedes esperar de este reencuentro? ¿Hay motivos para desconfiar? ¿Puede el presente recuperar la gloria del pasado? ¿Nos resignaremos a creer de nuevo que cualquier tiempo lejano (para ellos, para nosotros) fue mejor? Queda la fe, hay fe.

La noticia es buena, que dos hermanos que ni se han hablado durante años se hayan reconciliado por gracia del rock and roll. El retorno, ese reencuentro, es también nuestro. Son pero no son: quedan solo ellos del origen, pero sí, son los Black Crowes.

Happiness bastards (Silver Arrow, 2024) es lo que pervive de los cuervos, aquella banda de rock que huía de las tendencias a comienzos de los noventa y que, Chris y Rich mediante, sigue apegada a su esencia camino de la mitad de los veinte. Esto es rock: raíz, tallo, ramas y hojas.

¿Esperábamos un sobresaliente? Me conformaba con un notable: es notable. ¿Un descendiente tardío de Southern Harmony..., de Amorica? Aquello era dinamita, esto es pólvora de largo alcance. Atrás queda el barrido de la explosión, la onda expansiva; ahora tiemblan los cimientos sin derribar el edificio.

Quizá ya no nos quedemos con las canciones sino con este par de señores agitándolas. Suenan bien (como antes, como las de antes) Bedside manners, Wanting and waiting, Dirty cold sun y Follow the moon. Las coristas nos levantan. Son rocosos, grasientos, tabernarios. Nada se estropea. Vivamos este presente, enchufados con la electricidad duradera de The Black Crowes.

Nota: 7,5/10

jueves, marzo 14, 2024

SOUNDTRACK 280: MARGARET QUALLEY

Quédate con esta cara, con esta chica, con esta actriz... me dije al descubrirla en Érase una vez en Hollywood: hacía el ganso en la acera esperando a que alguien la llevase a alguna parte, tonteaba con Brad Pitt, subía a su coche y lo conducía hasta la comuna del diablo. Una gacela con más de media piel al descubierto, salpicadas de colores en lo poco que la cubre, los gestos de pilla en un rostro infantil, una mirada que iba más allá de la seducción hacia terrenos prohibidos. Margaret Qualley. Después supe que es hija de Andie McDowell. Y la vi más decorosa, más tierna, como aspirante a escritora en otra película. La he vuelto a ver, transmitiendo siempre un encanto genuino, sin arreglos ni aristas, el que surge de la pureza, el que la convierte en una presencia adorable que amas como a una hermana, una amiga íntima, una novia fiel. La ves bailar en el vídeo de alguien a quien apenas conoces, retorcerse como un cisne revoltoso, la sonrisa preparada para atraerte a su cuerpo flexible, a un rostro fascinador. Margaret Qualley. (Caramba, ahora me entero de que el muchacho que se reconforta en los abrazos de la chica al final del vídeo es su cónyuge.)

martes, marzo 12, 2024

SOUNDTRACK 279: STOP MAKING SENSE

"Éramos realmente buenos. Qué lastima de banda."


El titular se imprime a raíz del 40 aniversario de aquel filme, aquellos conciertos, que el cineasta Jonathan Demme y el grupo Talking Heads grabaron y montaron para dar como resultado Stop making sense. David Byrne entraba en escena con una guitarra acústica, una percusión electrónica grabada en un magnetófono y comenzaba a cantar Pyscho Killer con el fondo de bambalinas de un teatro a la vista. En los temas siguientes se iba sumando un miembro más del grupo hasta completar la formación de los directos de aquella gira, un total de ocho componentes. Fueron cuatro conciertos seguidos a finales del 83, en Hollywood, en el ecuador, y apogeo, del tiempo que estuvieron unidos los Talking Heads... un grupo que (llámenme lo que quieran) nunca me pareció realmente bueno, y al que sigo sin encontrarle la gracia, con la excepción de tres o cuatro canciones.


Matiz a estas frases: sí, es justo decir que eran buenos, y a mí ni me gustaban ni me gustan; como, digamos, que películas como Oppenheimer o Anatomía de una caída son buenas en realidad, pero a mí no me gustan. Vale la comparación para decir que unas y otros (los Heads, estos con su electrizante batido de funk, pop y art rock, mezcla que dio contornos a la escena new wave) acaban por resultar extenuantes, empachosos. Una película como Stop making sense transmite ese dualidad que a algunos sentimos con este grupo: los TH forman una comunión vibrante y atrevida cuyo pulso acaba por ofrecer una explosión de agotamiento.

viernes, marzo 08, 2024

VOLUME ONE 656: VISIONS (NORAH JONES)


Quienes admiramos a Norah Jones sentimos que cada uno de sus discos nos transmite la sensación de un regreso al hogar, es como el reencuentro con un ser querido al que añoramos demasiado. Hablo por mí, claro, me atrevo a hacer colectiva mi experiencia. Nos (me) puede el aprecio incondicional, y si alguna vez nos (me) falla le perdonamos (le perdono) la decepción, el disgusto... Pero no, Norah no (nos) falla. Es esa amistad infalible, esa hermana del alma. Queremos a Norah Jones una vez más en las visiones de su nuevo álbum, el bienestar que nos regala una gran anfitriona.

Nuestra querida artista abraza en Visions (Blue Note, 2024) una atmósfera pop que, cuando le apetece, se inclina a superficies de soul: viento en segunda línea, sedosos coros femeninos. Parece por momentos regresar al entramado hipnótico que de la mano de Danger Mouse hacía tejido en Little broken hearts (2012), mas es un amago para despistar porque el álbum se acomoda en una confortable, que no facilona, armadura pop decorada de melodías finas, percusión deslizante y tiernos escalofríos que salen de una guitarra entrometida. Sobre todo ello, la voz reposada y abierta de Norah, los dedos estilizados sobre el piano, sus deseosos uuuuh uuuuh, diciéndonos cosas tan simples y tan puras como "todo este tiempo pienso en ti", "no quiero hablar de ello, solo quiero bailar".

Nota: 8/10


jueves, marzo 07, 2024

GREATEST HITS 335: GERONIMO (TEN TOWERS ft. FIORDY)

No les puedo contar mucho del responsable de esta canción. Lleva la firma de Ten Towers, tras la cual se esconde un tal Sebastian Forslund. No estoy seguro, la verdad, pues la pista de este grupo/artista entra y sale, desaparece en cuanto se le busca, son escasos los datos firmes, y la música salpica alguna plataforma con más Ep que largas duraciones. El caso es que un día me tropiezo con esta canción, Geronimo, y (seguro que a ustedes les pasa muy de vez en cuando) me siento atrapado en ella, dentro de su aura entre la húmeda vegetación de un bosque en otoño. No sé bien qué hechizo tiene, uno que te reconforta con el entorno y del que sientes que podrías vivir siempre con él.

miércoles, marzo 06, 2024

VOLUME TWO 123: THE CRYSTALS

No es raro confundirse, ver una imagen como la de la izquierda y preguntarse de qué grupo femenino se trata: ¿las Ronettes, las Shirelles, las Crystals, las Supremes, las...? En este caso la respuesta es The Crystals, que no tenían una poderosa voz o presencia al frente como otras bandas vocales de chicas contemporáneas tan lejos como en los años sesenta, pero dejaron para el recuerdo algún que otro hit que trascendió aquellos días y nos acompañó en diversas fuentes los años siguientes. El suyo fue la preciosa, contagiosa, Then he kissed me, sin descartar en menor medida Da Doo Ron Ron o There is no other like my baby.

Ahí las tenemos, estas chicuelas vestidas para la graduación del instituto, futuras madres ejemplares, amigas del barrio que en los callejones (en Brooklyn se encontraron) se juntan para cantar y tontear con algún chico. Fueron una de las primeras bandas que produjo y amparó Phil Spector, cuyo muro sónico inconfundible se advierte en unos cuantos de sus éxitos. Como muchos de aquellos grupos parecidos, su historia quedó relegada a lo anecdótico, a la brevedad de sus canciones, y presenta lugares comunes en su desarrollo hasta su final disolución: cambios de formación, olvido del productor, urgencias mayores en la vida de cada miembro.

Al escuchar tantos años después de su breve auge a The Crystals es imposible no sentirse un poco ingenuo, soñar con aquellos bailes de una juventud que vimos en las películas y creer que el mundo era maravilloso.

sábado, marzo 02, 2024

VOLUME ONE 655: GALLAGHER & SQUIRE


Vuelo directo a Manchester. Conexión Gallagher-Squire, Oasis-Stone Roses. Trayecto limpio, sin sobresaltos, rápido y placentero, sin tiempo para la nostalgia, sin caer en lo intempestivo ni pecar de pereza. Liam estira los versos y se deja caer apático ante el micro sin desgastar su marca de agua; Squire hace escorzos con la guitarra para darle un poco de mala leche al perfil melódico de las canciones. Podrían vender pastillas, suavizantes y detergentes como los de la cubierta de su disco, Liam Gallagher & John Squire (Warner Music, 2024). A veces flotan, de nuevo como antaño, los Beatles, a veces incluso Hendrix empaña la cara más psicodélica de la música. Un latigazo de electricidad hacía falta, se echaba de menos; le llena a uno de fuerzas. "Los jóvenes de hoy son unos putos vagos que quieren un éxito inmediato", ofrece Gallagher para un titular. A él le llegó como un rayo ese éxito, y era un puto joven, éxito del que aún vive. Y solo de escucharlo un rato junto a su amigo John renacen Morning Glory o Second coming.

Nota: 7,5/10

martes, febrero 27, 2024

LIVE IN 299: PJ 2024

Estamos en la cuenta atrás. Dirigiéndonos hacia la materia oscura, a un agujero negro, a las profundidades de la fidelidad musical. Veinte, treinta años después, más, nos volvemos a reunir, a bailar en congregación alrededor de la hoguera de nuestra pasión. Unidos para siempre con el hilo de nuevas canciones, en el sudor de próximos conciertos. Crecemos hacia el infinito en el aura de la satisfacción, seguros de que no habrá lugar para la decepción porque nosotros y vosotros ya hemos llegado demasiados lejos. Pearl Jam.

domingo, febrero 25, 2024

BONUS TRACK 285: BAVARIAN FRUIT BREAD (HOPE SANDOVAL & THE WARM INVENTIONS)


No acierto a situar el momento en que me fulminó una canción de este disco, no sabría decir cuál (quizá Suzanne, quizá On the low) ni cómo (en un anuncio, en una película); el caso es que cuando supe por primera vez de Hope Sandoval a través de Bavarian Fruit Bread (2001) anduve obnubilado con sus canciones, en un estado de hipnosis o confusión que me tenía encadenado al álbum. Aquella sensación de asombro y deleite duró lo que tantas otras similares causadas por la música o por un disco en un momento dado. Hope se fue difuminando como parecía hacerlo su voz en una atmósfera de polvo y balanceo (con Mazzy Star reapareció pocas veces, con los Warm Inventions que horneaban aquel pan de frutas bávaro en solo dos trabajos más hasta 2016, no tan fascinantes). Pero si aquella vez aún no se ha apagado en tu disco duro de emociones embriagadoras, cualquier otra vez mucho más adelante consigue trasladarte a aquel mismo estado de placer.  

miércoles, febrero 21, 2024

VOLUME ONE 654: DUSK (GABY MORENO)


Sobre un buen grupo de artistas latinos de los últimos veinte años se juntan varias líneas de estilo que dan riqueza a su música. Mantenemos el adjetivo "latino" injustamente, como si nos obligaran a ello estrofas en castellano, ciertos ritmos que nacen de percusiones o acordes de cuerdas, cuando en realidad lo que tenemos es una generosa y, casi siempre, bien ordenada combinación de folk, blues, pop, rock y soul en armónica convivencia. Desde Guatemala, largo tiempo asentada en Estados Unidos, Gaby Moreno conjuga premios y bendiciones, culto y prestigio, buenas amistades y meritorios discos. El más reciente, Dusk (Cosmica Artists, 2024), navega en todas esas aguas estilísticas, a caballo entre dos idiomas, sinuoso en conjunto, con saltos para vibrar y reposo para soñar.

Nota: 8/10

sábado, febrero 17, 2024

GREATEST HITS 334: LOW (CRACKER)

De tanto que tardas en saber de una banda, crees que ha podido disolverse. Pero parece que no. Han pasado diez años del último disco de Cracker y ni un rumor has oído, ni una falsa o cierta noticia. Te encuentras de nuevo con ellos en la escasa oferta de cds que muestra una pequeña tienda de música en el casco histórico de una preciosa ciudad castellana que te pilla de paso. Un disco para el camino, aquel álbum que tenías algo olvidado. Cracker de nuevo con su crujido eléctrico, ese rock equidistante entre la furia juvenil y la controlada madurez. Lowery y Hickman, aquellos con los que saltaste más de lo que te imaginabas una noche en Santiago, te alegran el viaje. Con canciones como esta, Low.

jueves, febrero 15, 2024

VOLUME TWO 122: LOLA KIRKE


Kirke
. Esa es la clave, el apellido de quien fue baterista de Free y Bad Company. Después Kirke apareció unido a Jemina, una de las girls de Girls. Y a Lola, otra hija del músico. Y a Domino, la tercera niña de Simon. Quedémonos con Lola Kirke, a quien no llevamos ni un mes siguiéndole la pista. Salió de la nada en un par de películas menores: Gemini y Broken diamonds (antes, sin percatarnos, se dejaba ver en Perdida y en Barry Seal, y, antes y después, en varias series que no hemos tenido ocasión de ver), tan segura de sí misma que dominaba el encuadre y ensombrecía a todo el reparto, corpulenta e imponente, de ojos azules que esclavizan a quien los mira con atención, inmediata devoción. Londinense como su padre, pero criada en New York, Lola es también cantante, ahí nos lleva nuestra investigación aliada con el azar. Estamos en ello, descifrando enigmas, desvelando encantos. Esta rama de su carrera la sostienen dos álbumes que acabarán por entrar en nuestro radar, y un muy reciente Ep donde comparte canción ni más ni menos que con Rosanne Cash. Así luce Lola Kirke, valiente y vibrante, desinhibida y sin depilar, cabalgando al trote del country y el pop. Vamos detrás de ella.

martes, febrero 13, 2024

THRILLER


Tenía 9 años, y la televisión era una herramienta capaz de sorprendernos. Emitieron aquel vídeo, el de aquel bailarín vestido de rojo al que se le unían los muertos salidos de las tumbas. Me regalaron el disco, en aquella tienda de electrodomésticos. Me lo aprendí de inicio a fin, me sabía algunas letras, desgasté la aguja... no recuerdo si bailaba en mi habitación como lo hacía aquel chico negro al que la piel se le iba poniendo más pálida. Beat it, Billie Jean, The girl is mine y Thriller, por supuesto. ¿Hubo entonces una canción tan perfecta?

Mi hijo tiene 8 años y en la carretera que nos ha llevado de viaje ha pedido pinchar varias veces Thriller, y Smooth criminal, y Black or white. Y conoce Beat it y Billie Jean. No estamos en 1982, pero no tienen importancia los relojes si todavía aquel chico, en su voz que no se apaga, consigue fascinar de alguna manera a un chaval por cómo canta o cómo se mueve. Escalofríos, emociones, el mecanismo de la música.

viernes, febrero 02, 2024

BONUS TRACK 284: WE USED TO THINK THE FREEWAY SOUNDED LIKE A RIVER (RICHMOND FONTAINE)


Cada vez que me he cruzado con este grupo me ha dejado la sensación de que funcionaba a medio gas, o que se quedaba a medio camino. Notaba que sus discos se apagaban según avanzaban, que a las canciones les faltaba un impulso final para quedarse en la memoria. Pero el misterio de Richmond Fontaine descansa quizá en su discreta solvencia o en una profesionalidad sin alardes, una carrera sin sobresaltos. No retengo un álbum por encima de otro (me deben faltar tres o cuatro por escuchar); hoy podríamos dedicarle unos segundos a este trabajo que se inspira en el flanco izquierdo de los Estados Unidos, el área boscosa y lluviosa de Pacific Northwest que recorre Washington y Oregon, base del grupo en el que el sensible oficio de Willy Vlautin compone frágiles canciones. Creer que la autovía suena como un río... algo bueno puede esconder este título, sí. Finura, también crudeza; evasión flotante, soñar despierto. Que esta banda pase tan desapercibida no debe conducir a la indiferencia.

GREATEST HITS 333: MEANT TO BE (WILCO)

Hay canciones que al escucharlas acompañadas de imágenes nos invitan a saltar, nos animan a bailar, hacen que queramos volar, abrazar a alguien, lanzarnos al agua, tumbarnos al sol, reír o sonreír, escapar, escondernos... y ¿por qué no?... patinar.


lunes, enero 29, 2024

VOLUME ONE 653: POLAROID LOVERS (SARAH JAROSZ)


En poco tiempo, hay vocalistas que forman parte íntima de ti, mujeres a las que un día te cruzas en los caminos de exploración musical y pronto se te pegan para no soltarte de ahí en adelante. Digamos una de ellas, por ejemplo, Sarah Jarosz, todavía una joven de Texas que en Nashville ha encontrado reposo para sus pasos. Tiene caliente su séptimo álbum, una abrigada colección de excelentes composiciones que se abren desde el sosiego a terrenos más espaciosos, a públicos más amplios. Sarah tendía a expresarse en acústico, con reposo y delicadeza, y en este Polaroid lovers (Rounder, 2024) no se pierden esas cualidades, sí se desvía un poco el enfoque, más robusto de sonido, un americana más pop que se inyecta de elegancia y fina sensibilidad. Jarosz canta en las alturas y puntea las cuerdas de vicio. Es tierna y sólida, y en este gran disco cuenta con una alineación de lujo que en el lloriqueo de las eléctricas eleva las canciones a bellas cimas de emoción y entusiasmo (Jealous moon, Dying ember, Mezcal and lime y esa celestial Days can turn around que revive la divina Harvest moon de Neil Young). De ti ya no nos apartamos, Sarah.

Nota: 8,5/10

sábado, enero 27, 2024

VOLUME TWO 121: THE SMILE


Si en las divisiones a las que la vida se presta jugamos, en el terreno de la música, a situarnos dentro o fuera del barco Radiohead, a mí me encontrarían en el agua. He subido varias veces a cubierta, pero me he mareado a bordo, así que hace ya tiempo que desistí de probar a ser parte de la tripulación Radiohead. Prefiero evitar los extremismos y esta banda parece haberse ofrecido a ellos desde que nació: o eres creyente o no crees en nada, o adoras o detestas... Me siento más cerca de esta segunda postura, pero aún lejos de hacer justicia al término del desprecio. En cambio, en cambio... no puedo negar que las barreras se han difuminado al prestar atención de nuevo a The Smile con la aparición de su segundo álbum, Wall of eyes. No, no ha sido mala elección. Se sabe: el proyecto que Thom Yorke y Jonny Greenwood han puesto en marcha con el concurso del baterista Tom Skinner lejos de giras y recintos, lejos del contacto con el público; un trío que navega entre corrientes próximas a las de Radiohead, que moldea inquietantes paisajes sonoros, distorsiones, abstracciones, capas sinuosas de atmósferas libres que se retraen o explosionan. Sí, esta vez subo a bordo de esta embarcación paralela donde Yorke y demás me tienen confortablemente aturdido.

domingo, enero 21, 2024

VOLUME ONE 652: PAGAN CHURCH (JOHN CRAIGIE)


La hemeroteca de este blog guarda no una sino dos entradas dedicadas a John Craigie, nombre del que no se encuentran muchas reseñas y hombre al que confirmar entre las más lúcidas esferas de la música americana. Cualquier línea de esas dos referencias anteriores encajaría con la que merece este tercer capítulo, Pagan Church (Zabriskie Point Recs, 2024), un álbum más donde se cruzan el folk eléctrico y el blues, con un chorro de soul refrescante, con ingenio depurado. Cada disco anterior de este californiano desplazado a Oregon que ha pasado por estas páginas dejaba la sensación de que a este hombre no le costaba esfuerzo construir hermosas canciones, alegres bromas; con su nuevo trabajo el método se perfecciona quizá porque Craigie, como respaldo, cuenta con una sólida banda con la que compartió escenarios los últimos años, TK & The Holy Know-Nothings, que dota a este álbum de cálida camaradería. Se nota en cada latido, en cada faceta instrumental de esta iglesia pagana, que John Craigie es un tipo digno de mayores alturas.

Nota: 8,5/10

jueves, enero 18, 2024

VOLUME ONE 651: IECHYD DA (BILL RYDER-JONES)


Ahora que parezco ir a bordo de un tren que se sale de las vías o que avanza a menor velocidad, me sorprendo ignorando una buena parte de nombres de músicos que tienen nuevos discos en el mercado. ¿De dónde salen estos? ¿Este a qué suena? ¿Quién conoce a esta?, me digo antes las páginas, las webs... Antes se me escapaban menos, solía estar más al corriente, pero ahora, enfrascado en tareas, no me queda otra que ser más selectivo. Pruebo entonces con este desconocido para mí, Bill Ryder-Jones; no sé, quizá fue ese rincón de pueblo vacío de almas y adornos lo que me incitó a darle al play. En otro momento, con un ánimo distinto, este Iechyd Da (Domino, 2024) se me habría salido de la memoria antes de haber llegado al final de su escucha, me habría desenchufado de sus pasajes de languidez, de los cambios de ritmo que agitan algunos temas, de la voz legañosa de su autor, de cierta pomposidad en algún arreglo. Pero resulta que este hombre, ya un cuarentón de estreno que en su día cofundó The Coral, me ha entrado por el lado bueno, discreto y delicado en el recitado, entre el susurro y la somnolencia. Nos desea buena salud en el título de su quinto álbum, una extrañeza que se apunta al arrebato... algo que comprenderán escuchando y volviendo a pinchar una joya como If tomorrow starts without me.

Nota: 7,5/10

domingo, enero 14, 2024

GREATEST HITS 332: CRYING, LAUGHING, LOVING, LYING (LABI SIFFRE)

Este post complementa al anterior. The holdovers (Los que se quedan) es su vínculo. En un momento de la película suena una canción que, dirías, es la primera vez que escuchas, un tema encajado en una escena que te atrapa de inmediato, te seduce al instante. Y enseguida echas mano del móvil y descubres de quién se trata: cierto, la canción pasa sobre ti con el ímpetu de los descubrimientos memorables. ¿Quién es Labi Siffre? Consultas y te enteras de tres o cuatro datos básicos... y te quedas sobre todo con este título maravilloso que ahora nunca olvidarás.


sábado, enero 13, 2024

SOUNDTRACK 278: GIAMATTI


Lo ves y dirías que podría ser el vecino cascarrabias del tercero, que pasaría por el anodino vendedor del ultramarinos. El friki de la tienda de comics, un abogaducho del montón, un compañero gris de la oficina que nunca invita a café. Un don nadie entre la multitud que colecciona monedas antiguas o primeras ediciones. O que es un nada querido profesor que no quedará en el recuerdo de ninguno de sus alumnos. El rostro, los rostros, son los de Paul Giamatti, uno de esos actores que has visto conquistar películas él solo con su discreta presencia y su poderoso talento, de los que esconden su carisma en la sencillez con que se transforman en personajes entre antipáticos, turbios y patéticos.

Quizá muchos empezamos a fijarnos en Giamatti entre quienes cantaban en Duets, o entre las viñetas de American Splendor, o en las catas de vino de Entre copas. Antes su hoja de servicios recogía anecdóticas apariciones en cine y televisión desde primeros de los noventa, y roles secundarios en filmes de más peso (Salvar al soldado Ryan, El show de Truman). Después, hizo sombra a actores principales aunque sus personajes carecieran de atractivo o se erigió en el mejor argumento de sus largometrajes (La joven del agua, Love & Mercy, Vida privada, El mundo según Barney...). Y en la muy reciente Los que se quedan (The holdovers) este actor se enfunda el disfraz de uno de esos personajes inmortales, entre odiosos y entrañables, que se hacen inolvidables. Paul Giamatti entre los grandes.

miércoles, enero 10, 2024

GREATEST HITS 331: WINTER (THE ROLLING STONES)

Pídeme que te diga una canción de los Stones que me fulmine de placer cada vez que la escucho, que me eleve de euforia por su belleza; que no sea de las que tú conoces de toda la vida, tampoco una cara B sino un tesoro enterrado, una joya camuflada entre esmeraldas y rubíes. No tardaré ni dos segundos en decirte Winter. Quizá porque me siento helado estos días y la noche temprana me recoge de nostalgia aunque falte la nieve en mi ciudad. O será que añoro una hoguera de verdad junto a la que tomar un café cargado mientras se quema la madera. Pues eso me dice Winter cuando Watts apura los platillos y sube de imprevisto un arreglo de cuerdas al que se monta la guitarra crepitante de Mick Taylor. Seguro que es frío frío invierno, gime Jagger y me abrazo a mí mismo para entrar en calor.

 

sábado, enero 06, 2024

LIVE IN 298: RYAN X 5


Me he perdido con Ryan Adams. ¿Seguimos (muchos, pocos) siguiendo su rastro? Me cuesta creer que los que lo hacíamos antes aún nos mantengamos. No sé bien si es indiferencia lo que ahora me provoca o desinterés, hartazgo o apatía. Sea lo que sea, hace que vuelva la vista varios años atrás para verme atento a sus pasos, a sus discos frecuentes, para descubrirme en el presente casi desconectado a él. ¿Triste? Más bien sí. Hasta Big colors en 2021 supe de su producción, pero desde entonces se sacó tres discos de la manga sin apenas publicidad, otros dos con los que versiona enteros (y con desigual fortuna) álbumes colosales como Nebraska y Blonde on the tracks. Y ahora, aún sin quitarse de encima esa gastada cazadora vaquera ni domar el cabello estropeado, empieza el año con otros cinco discos de golpe volcados en las plataformas musicales: 77 temas, un directo con temas del álbum Prisoners, esbozos de canciones que con suerte sobrepasan el minuto, temas anodinos y discretos, algún chispazo de brillo. ¿Se acuerdan de aquel empachoso Salmón de Calamaro? Pues eso, algo parecido. ¿Le daremos una (cinco) oportunidad al repudiado Ryan?

miércoles, enero 03, 2024

GREATEST HITS 330: TIME (PINK FLOYD)

Cada vez que escucho The dark side of the moon, en mi medio siglo de vida, medio siglo después de que el disco se convirtiera en objeto de consumo, tengo la sensación de circular por las etapas de una vida. En sus 43 minutos me evado para sobrevolar a la vez entre una multitud y levantarme en una cima como el monarca solitario de su reino. Este álbum es un conjunto en sí, una idea o concepto cuya fuerza descansa en el bloque que forma, algo indivisible y atemporal que ha trascendido épocas, estilos, corrientes. A la hora inevitable de extraer de ese bloque un elemento sobre los demás siempre he tenido oscilaciones hacia un lado u otro, hacia Time o hacia Money, canciones que una vez bramé en medio de masas poseídas por la música subyugante de Pink Floyd. Hoy... los relojes de Time.