martes, agosto 30, 2016

BONUS TRACK 165: VITALOGY (PEARL JAM)

¿Cuántos de ustedes creen como yo que si a este álbum le quitamos tres de esos cuatro extraños temas, caprichosos experimentos que lo deslucen, obtendríamos un disco casi perfecto, próximo a ser tan redondo como Ten o Vs.? Les trato de usted por el tiempo que ha pasado desde Vitalogy (1994), veintidós años que han visto convertirnos a quienes entonces pasábamos de todo y no pensábamos en el futuro en acomodados (en la medida de nuestras posibilidades) ciudadanos preocupados por nuestro entorno y asentados en un piso con esposa e hijo(s), con hipoteca o alquiler en la mayoría de los casos que conozco; y no sé, me descoloca que me envejezcan tratándome de usted cuando aún me veo tragado por una multitud sin dejar de saltar delante de Eddie Vedder. A veces nos descamisamos e imaginamos que nos lanzamos al público de las primeras filas para empaparnos del sudor duradero de Pearl Jam. Sí, y actuar así y experimentar eso resulta muy muy sano.

Pues eso, que Vitalogy está muy bien. Hoy aún suena directo y tremendo. Era el tercer disco de la banda y, como los anteriores, volvió a vender un porrazo de copias. PJ estaban en la cima del éxito, con Nirvana en la tumba, todo el mundo hablaba de ellos aunque aquello del grunge no fuera más que un invento y un nombre para vestir de otra manera las múltiples caras del rock. Vitalogy despega con una furia punk (Last exit, Spin the black circle) que salpica más adelante (Whipping, Satan's bed) y cuando se tranquiliza pone los pelos de punta (Immortality). Gran parte de sus temas ya los había tocado el grupo en bolos de años anteriores y algunos como Corduroy o Better man se convirtieron desde entonces en momentos pletóricos de futuros conciertos hasta el día de hoy. McCready confiesa que apenas se acuerda de la grabación del álbum, tenía graves problemas de alcoholismo. Y Vedder y el batería Dave Abbruzzese no se llevaban nada bien, por lo que fue reemplazado por Jack Irons. Aún quedaba mucho por contar. Espero que aún quede mucho.

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