sábado, septiembre 03, 2016

LIVE IN 192: REENCUENTROS

Ahora que me pregunto qué diablos puedo escuchar porque las apetencias se confunden o no saben pronunciarse y porque prefiero dejarme de aventurados experimentos, retomo una antigua acción de rescate: volver a álbumes olvidados de músicos favoritos. Ahora estoy con… bueno, el ejemplo no importa. Me detengo unas líneas a volcar las sensaciones que producen los reencuentros con aquellos discos secundarios a los que la memoria no trae a su primer plano, obras que disiparon su huella en el aire hasta acercarse al olvido y que al regresar a ellas se transforman en trabajos que están mucho mejor de lo que creías o que, por el contrario, lamentas que sean baches firmados por quienes no deseas nunca que tropiecen.
 
Es curioso el efecto evocador que crea la música con solo recuperar un acercamiento a ella. Es como volver a encontrarte con un conocido al que hace mucho tiempo que no tratas y con el que empiezas a recordar aquello con lo que os reíais tanto, días de gloria y diversión que parecen lejanos. Con la música, con estos discos desenterrados, descubres que canciones a las que no prestabas atención son ahora superiores a las que aún recuerdas perfectamente; o que en realidad lo que no te sedujo en su momento se debió a que estaba creado a desgana. Te fijas en cómo entran o salen los instrumentos ahora o después, en el eco del sonido, en trucos de producción o en letras que antes ignorabas. Te metes incluso en el estudio con los músicos para sentirte parte de la química creativa o ser testigo de la pérdida de ella. Y piensas en un artista o una banda tratando de descubrir por qué son una parte (de algún modo) importante de tu vida.

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