Con menos frecuencia, aunque todavía, las películas de hoy nos proporcionan placeres extraordinarios, orgasmos que conjugan la celebración de ser espectadores de una elogiosa claridad expositiva con la satisfacción que produce la generación de fuertes emociones. Spotlight, film de Tom McCarthy nominado a seis premios Oscar este año, es una de ellas. Quienes nos dedicamos a escribir a diario, a informar y a acercar al ciudadano las verdades de nuestro entorno, probablemente elevemos por encima de lo normal la intensidad del gozo.
La película
navega por las pesquisas que el equipo de investigación Spotlight, del
periódico The Boston Globe, emprendió hace más de una década para desvelar numerosos
casos de pederastia con sacerdotes católicos que fueron silenciados por la Iglesia.
La cobertura de tan terrorífico caso, por desgracia mostrado a la luz en los
últimos años en países de distintas culturas, se enseña en el film de un modo tan
eficaz como apasionante. Directo, preciso, exigente, veraz, profesional. Duele más
constatar el silencio al que se acogió la Iglesia y otras instituciones para
encubrir sus miserias que la depravación misma de sus manzanas podridas.
La
brillantez mayúscula de Spotlight se apoya en el rigor de su guión y la
agilidad de su dirección. Y sobre todo en un soberbio reparto de actores transmutados
en periodistas ejemplares, defensores obsesivos de la búsqueda de la verdad. El
trabajo excepcional de tipos como Michael Keaton, Mark Ruffallo, Liev
Schreiber, Rachel McAdams, Stanley Tucci, Brian D’arcy James y John Slattery llevan
la película a la altura de la perfección.
No ensalzaré
el oficio periodístico pese a que la visión que de él ofrece Spotlight lo
dignifica precisamente en unos tiempos en los que ha caído en la dispersión y
la vulgaridad. Su raíz vocacional, aquí en nuestra vida real, la advierto enterrada,
difusa. Es un trabajo desagradecido y frustrante cuya entrega y tenacidad se
ven muy a menudo ignoradas. Las películas tendrán siempre la tendencia a
embellecerlo. Bueno, eso es de agradecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario