Música balsámica contra la
pereza y el tedio. Un trago de optimismo para la esperanza. La lluvia
de Matthew limpia, refresca y en ocasiones se atreve a entusiasmar.
Eso consigue su último álbum, More rain (Bella Union, 2016). Este
hombre siempre me ha caído bien. Buen compositor y mejor
guitarrista, de los que su técnica invisible clarifica y embellece
las canciones. Joyas que crea o revive junto a Zooey Deschanel en los
volúmenes de She & Him son buena muestra. Desde su parcela de
confortable independencia en la que agita con sutileza el pop y el
folk con velos de sonido y esencia indies, M Ward compone y construye
desde finales de los noventa una singular carrera. Tiene experimentos
desnudos, juegos desconcertantes y colecciones deliciosas, como lo
eran los magníficos Hold time (2009) y A wasteland companion (2012).
Nada en su obra suena artificioso, en cambio. Su nuevo disco, no tan
completo ni redondo, desprende esa entrañable sensación de volver
atrás en nuestros días, regresar a mucho antes de que hubiéramos
entrado en este mundo, para celebrar hermosas (Pirate dial, Slow
driving man) y divertidas (Girl from Conejo Valley, Confession)
canciones.
Nota: 7,5/10
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