Extraño
experimento el de Damien Jurado para su último trabajo, Visions of us on the
land (Secretly Canadian, 2016). Esa portada que recuerda las cubiertas de Hawkind, Caravan o Yes... El activo músico de Seattle (15 álbumes desde
1997) da un paso corto desde su trabajo anterior, el equivocado Brothers and
sisters of the eternal son (2014), y ahora se columpia entre la psicodelia y el
folk, con percusiones relajadas y efectos sonoros estrafalarios, con climas que
retraen a scores de films de James Bond o policiacos franceses de los años sesenta
y setenta sin desprenderse nunca del aire de introspección ausente que cubre al
autor. Descoloca entrar en el disco y dejarse llevar por sus canciones, excitadas
unas y apagadas otras. Uno tiene la impresión de escuchar de paso a Donovan,
Nick Drake o John Martyn absorbidos en pleno viaje cósmico. Desconcierta y
pica, pero al rascar agrada.
Nota: 6,5/10
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