Un clima de
cálida camaradería, de conversaciones de madrugada con la música flotando en el
ambiente y las cervezas y el tabaco por compañía, empapa la música fresca y
abierta que se extiende a lo largo de Si tuvieras un momento… El primer disco
de larga duración del ourensano afincado en A Coruña Frisco se baña de ese buen
rollo creativo para conjugar rock y jazz de manera estrecha, con unas gotas de
rumba por aquí, una pizca de flamenco por allá y un regusto funky que brota de
la convivencia de ritmos por todas partes. El cóctel, lejos de aturdir o
empachar, entra rico en el paladar y uno llega al último segundo con una
sonrisa en los labios.
Se advierte un ambicioso afán en el producto, el empeño de
un músico meticuloso de sobrada formación y amplios horizontes musicales.
Frisco ha ensamblado ocho instrumentos y ha hecho de la voz (de su propia voz
ronca y gamberra siempre, aunque parezca que suena una decena de voces de
personas distintas) un recurso instrumental más, un juguete divertido. Se ha
colgado todas las guitarras, se ha sentado en los teclados, tocado los bajos y
encargado de percusiones menores.
En la aventura
le secunda Marcos Paz en la batería, Víctor Sánchez con el clarinete y el saxo
alto, Santi González al saxo tenor, Fernando con el violín y la trompeta y Toni
González a cargo de otras percusiones. El esfuerzo conjunto, con notables temas
como Anda chaval, Siempre he dicho que está mal o Miénteme, miénteme, remite
unas veces a Funkadelic, otras veces a Primus o a Jaco Pastorius. El resultado
final invita al compadreo y a la diversión. Si tenéis un momento, tomaos un
sabroso trago de Frisco.
Nota: 7/10
Nota: 7/10
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