En Morgan han confluido hasta ahora el rigor en la factura y la emoción en la puesta en escena: una hechura impecable y un fondo intenso. Atractivo inapelable. La personalidad del grupo se advierte mejor en directo, cuando la limpieza de su música es liberadora. Los tres primeros álbumes no tienen arrugas; el cuarto sí. Hoy hay peros. No son graves.
Hotel Morgan (Del Norte Records, 2024) llega tras un periodo de retiro en la banda madrileña, un tiempo amplio para mirarse a sí mismos y para mirar más allá, descubrir así qué camino seguir a la altura del cuarto disco tras previos trabajos que han cimentado la identidad del conjunto. ¿Avanzamos en línea recta o tomamos algún desvío para alcanzar el destino?
El nuevo álbum no pierde rumbo y no le confunde el horizonte. Distinguimos a Morgan, esta vez equilibrando la elección del inglés y el
castellano en las canciones. Pero algo resbala o no encaja. Se aprecio el empeño en expandir sonido, pero al eco no le encontramos alcance. Leemos en las reseñas comparaciones, alusiones, referencias o parecidos que... no acertamos a advertir. Deleites con los que no concordamos. Hotel Morgan no cala (como sí North o Air), no guarda pecados censurables, solo un trabajo elaborado con cierta sustancia pero enseguida olvidable.
Nota: 6/10
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