“Resulta
irreal pensar de cualquier sitio que es permanente una vez que el
movimiento ha echado raíces como modo de vida”.
Este
blog evita por ahora entrar en el debate que suscita la elección de
Bob Dylan como premio Nobel de Literatura. Hablar sobre ello y
compartir o enfrentar posturas merecería un escenario relajado y
apropiado, acompañado de la música precisa a volumen apaciguador
mientras anochece y lejos del ruido. Tan solo esto: si un poeta con
sus obras impresas y el reconocimiento de sus lectores y otros
autores recita sus versos ante una audiencia con el único
instrumento de su voz y es capaz de conmover con su habla, su
entonación y su interpretación, entonces un músico igualmente
reconocido que hace lo mismo con sus propios versos, su voz y sus
instrumentos, parece digno de ser apreciado con las distinciones
mayores que entronan la Literatura.
“Su
misma identidad es un misterio, fuerza que la pregunta 'quién es él'
pase a 'qué es él'. ¿Qué es este entorno extraño, embrujado, que
crea sobre el escenario, en los discos, en el cine, en todo lo que
toca?”.
“¿Cómo
se convierten las imágenes en palabras? ¿O cómo se convierten las
palabras en imágenes? ¿Y cómo logran hacer que sientas cosas? Es
un milagro”.
“Fue
el propio Allen (Ginsberg) el que empezó en la prensa con ese tema
de que Dylan fue el primero en llevar la poesía a la máquina de
discos. Supongo que quería referirse al sentido de la poesía como
ampliación a través de la conciencia a través de la canción o
algo así”.
“No
hay modo de alabar adecuadamente ni con precisión a Bob Dylan”.
Los
entrecomillados en cursiva pertenecen al libro Rolling Thunder: con
Bob Dylan en la carretera, escrito en 1975 por Sam Shepard y
publicado en 1977. La última frase es de T-Bone Burnett en el
prólogo del mismo libro.
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