Ocurre
que una banda que te gustó en su día te llega a aburrir, a
desinteresar. Dejas de seguir sus trabajos. O no del
todo, porque confías
en que pese a que te haya cansado, en algún momento vuelva a ser la
misma que tanto te gustó antes. Y ocurre también que esa misma
banda, cuando ya no quieres darle más tiempo de tu vida pero aún
mantienes encendida esa fe, se reconcilia contigo, o tú con ella, y
celebras de nuevo lo bueno que es disfrutar de su música. El ejemplo
más cercano que puedo dar es Drive-By Truckers gracias a su último
disco, American Band (ATO, 2016).
Llama
la atención que el grupo de Athens, con Patterson Hood y Mike Cooley
al frente alternándose las voces y las canciones, haya prescindido
en su decimocuarto álbum de sus características ilustraciones de la
portada firmadas por Wes Freed y haya elegido el
grisáceo paisaje que
domina una descolorida bandera americana izada en un mástil. El
disco, como muchos de sus anteriores, se
presenta cargado de
dinamita política y
elocuentes relatos y retratos con postales de la vida americana.
Lejos de cargar, abandona
afortunadamente su
discurso reincidente y no da muestra alguna del causar el vacío
insustancial que
dejaban sus tres anteriores trabajos de estudio (Brighter than
creation's dark, de 2008, me parece su última gran obra). Stoniano
a ratos, muy Springsteen por iniciativa de Hood, American Band, se
mete en el cuerpo tiznado de cierta melancolía, bien frito y con
unos cuantos temas para enmarcar (Ever South, What it means,
Baggage).
Nota:
8/10
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