Sigo
en ello, con ellos. En un momento como este, un sábado de madrugada
protegido de la lluvia y el frío. Atrás queda el cansancio y la
paciencia, horas de agotamiento compartidas, falta de sueño y dolor
en las piernas, en las caderas. Un humor que no es el mejor. Y aquel viaje a la isla aún presente. A lo lejos
los veíamos, de cerca los escuchábamos. Mary & I. Qué bien
sienta oír esto.
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