Qué placer recuperar lejanas sensaciones y comprobar que siguen intactas. Turbiedad, inquietud, soledad y amenaza permanente. A propósito de Mark Lanegan… Sub Pop acaba de reeditar los cinco álbumes que el músico grabó en el sello independiente de Seattle entre 1990 y 2001, los cinco primeros de su carrera al margen de los añorados Screaming Trees. Field songs (2001) fue el último del manojo. Siguió a una premonitoria colección de versiones, I’ll take care of you, un año antes, que anticipaba la atmósfera hechizante y narcótica que contiene este estremecedor disco. Sí, en cuanto crees que la voz enterrada de Mark transcurre por vías placenteras el clima muta en tinieblas; cuando acarician cristalinas las cuerdas luego murmullan muelles crujientes. Temazos hay varios: One way street, No easy action, Love, Fix. Lanegan interpretó el disco al completo con la compañía única de un guitarrista hace años en Santiago. Distante, la vista caída o cerrada, intimidante, soberano.
Quizá sea este su mejor trabajo, el más redondo, aunque yo le tenga mayor cariño a Whiskey for the Holy Ghost.
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