El adelanto, hace un par de meses, resultó prometedor; el disco, ahora completo, no resiste una segunda escucha. La apuesta de Robert Plant, a sus 66 años y en compañía de una poblada banda, The Sensational Space Shifters, es la siguiente: se vuelve a recoger, como en trabajos recientes, tras una música de aura enigmática recargada de adornos (percusiones acolchadas, guitarras punzantes, grabaciones ambientales entrelazadas, exóticos velos de folk y música africana) y bañada con espesas capas de sonido psicodélico. En el fondo, pese a una apariencia de ecos ambiciosos, se distingue a un autor acomodado. Se aprecian algunos buenos temas (Rainbow, Turn it up, House of love), pero no dejan sustancia. Lullaby and… (Nonesuch, 2014) se pierde en el sueño.
Nota:
5,5/10
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