"Whoo, I would rather, I would rather go blind, boy
Then to see you walk away from me, child, no”
Hay
canciones gigantescas en frascos pequeños, inmensas en la voz y la interpretación
de artistas únicos. I’d rather go blind solo dura dos minutos y medio y deseas
que no termine nunca cuando la canta Etta James. Hay muy buenas versiones, como
la de Clarence Carter o la que ofrece Beyonce en la película Cadillac Records,
donde da vida precisamente a Etta. Fue grabada en los estudios Fame de Muscle
Shoals en 1967 y hoy conserva intacta toda su emoción. Escribir sobre el dolor
que causa lo que se acaba nos brinda obras maestras como esta.
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