Aaay, qué sencillo es llegar tan adentro, qué fácil emocionar tanto. Y como quien no quiere la cosa, quien pasa por ahí, se cuelga una guitarra y apenas se inmuta sin descubrir su mirada, sin regalar gestos. Alguien que recuerda a su amor, que dejó en New Orleans, solo con la brisa del verano, es lo mejor que le ha pasado y promete regresar. Ya está. JJ Cale transmitía paz al cantar. Su voz y su guitarra eran brisas, claro. No hay más que escucharlo y verlo aquí, con su Magnolia.
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