A
un mes de que se consuma el año vamos recordando la música nueva
que nos gustó y la que no, la que nos sorprendió y la que
decepcionó. A la decepción contribuyen factores distintos, casi
todos surgidos por las grandes esperanzas puestas en un músico o un
grupo que hasta ahora no han tropezado, que llevaban largo tiempo sin
aparecer, que han recibido un respaldo crítico general o de los que,
por trayectoria y aprecio previo, deseas mucho más de lo que te
ofrecen o al menos algo que los haga diferentes, quizá
extraordinarios.
Para
mí han sido decepciones este año, por estropear mi confiada
esperanza o por haberlos encontrado vacíos y perdidos, los discos de
The Arcs, Bob Dylan, Chris Cornell, Danny and the Champions of the
World, Elvis Perkins, Giant Sand, Israel Nash, Jackie Greene, Leon
Bridges, Lizz Wright, Los Lobos, Neil Young, Steve Earle, Sufjan
Stevens, Tulsa y Wilco.
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