Ya
estamos otra vez: provocación al bolsillo, excitación del
coleccionista, lujo para el melómano. Continúa la serie, never
ending music de los archivos, el 12 de los bootlegs mágicos. Tan
tentador, tan vicioso, tan inabarcable. O no. ¿Me basta el doble
disco y sus treinta y tantos cortes, o me atrevo esta vez con el
formato más completo de 6 cds? Ah, que ahora hay más. ¿Algún
talibán extremo comprará los 18 cds que comprenden lo que quedó
fuera de aquellos tres álbumes de gloria? Seguro. Dentro hay oro.
Relucen tanto algunos descartes, incluso algunos ensayos, como
aquello que se grabó en el disco. Y habrá toses, y bromas y risas,
y pedos o eructos divinos entre todo lo registrado. Cuando me despida
me iré en paz si no he llegado a sumergirme en todo esto; y si lo
llego a hacer, supongo que también marcharé en paz.
viernes, noviembre 13, 2015
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