Nos lo sabemos todo de él. O casi todo. Lo hemos escuchado cientos de veces, en sus discos oficiales y en unos cuantos bootlegs. Leemos artículos sobre él, reportajes, biografías, reseñas, críticas, teorías, juegos. Lo escuchamos en la radio o vemos sus documentales, sus actuaciones, sus películas. Pensamos en él a veces, en sus giras sin final, en sus hábitos diarios, en las reclusiones, en lo que hay detrás de la imagen, del genio y el mito. Y nos acompaña en casa, en nuestras vidas. Oh, dios, agradecemos su música como el salvavidas en el océano.
Una vez se
encerró en una casa en el bosque y llamó a unos amigos para tocar. De allí
salieron muchas canciones, algunas reunidas años después en un disco doble,
otras (más) en una grabación pirata. Ahora todas, todas, 138, componen una caja
de seis discos preparada con mimo y lujo en su diseño y en su sonido para el
goce de sus oyentes más fervorosos. O para el descubrimiento de todos.
¿Qué precio
tiene su obra? ¿Cuánto vale aquel encierro creativo? ¿Pagaríamos casi 120 euros
a tocateja por este tesoro real y oficial de nuestro músico favorito, del que
llevamos dentro, del que nos hace amar la música cada día un poco más? ¿Tenemos
otras facturas en nuestra vida cotidiana en las que emplear esta parte de nuestro
sueldo o nuestros ahorros?
The answer, my friend, is…
1 comentario:
.. the answer my friend blows in the emule.
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